Alfonso Ussía ha sacado con las detenciones de la cúpula separatista del extinto Gobierno catalán su vena más irónica.
Más que saltar a la yugular de los golpistas con palabras de trazo grueso y áspera geografía, ha optado por el artículo inteligente y ácido. Este 4 de noviembre de 2017 lo ha probado en sus carnes el diputado nacional de ERC, el díscolo Gabriel Rufián, al que desmonta en un pis pas.
Dice Ussía sobre la presencia del republicano independentista en los alredores de la Audiencia Nacional y el Tribunal Supremo en Madrid para estar alentando a los políticos que iban a ser juzgados que:
El diputado separatista catalán Gabriel Rufián se unió a la demanda y se presentó en los alrededores de la Audiencia Nacional de Madrid, probablemente para presentar un oficio contra los regímenes que encarcelan a sus ciudadanos por motivos políticos. Creo sinceramente en su buena voluntad, pero se equivocó de lugar. Entiendo que sus obligaciones parlamentarias, agobiantes y mal retribuidas -sólo percibe del Congreso de los Diputados 95.000 euros anuales, dietas y viajes aparte-, le impidieran volar a Caracas y exigir a las puertas del Palacio de Miraflores la inmediata liberación de los presos políticos.
Eso sí, con mucha carga de profundidad, le recuerda lo que pasa en regímenes tan poco dados a la democracia como Venezuela:
Menos mal que no lo hizo, porque de llevar a cabo sus planes, la Guardia Nacional Bolivariana le hubiera puesto la cara como una empanada de berberechos. Pero el gesto merece el aplauso, porque Rufián, como Tardá, hasta pocas semanas atrás, era partidario de Maduro y celebraba, con Pablo Iglesias, el ingreso en prisión de los disidentes. Incluso, no expresó, como tampoco lo hicieron los de Podemos, palabra alguna de condolencia cuando 179 pacíficos manifestantes fueron asesinados en las calles de las ciudades venezolanas.
Y concluye con mucha ‘coña’:
Al fin, por fin, finalmente, la izquierda radical española entre los que se incluyen muchos separatistas catalanes, han decidido romper su silencio cómplice y manifestarse a favor de los encarcelados en Venezuela por sus ideas, pensamientos y opiniones.