No hay quien se fíe de Carmen Forcadell (y además con razón). Tribunas y editoriales de la prensa de papel de este 11 de noviembre de 2017 sentencian a la que fuera presidenta de la Mesa del Parlamento catalán a la que acusan de mentir a sabiendas al magistrado del Tribunal Supremo, el juez Llarena, para salvarse de permanecer en el talego de Alcalá Meco, en Madrid.
El ABC critica al PSC-PSOE por dejarse desfigurar por el más rancio nacionalismo separatista que lo único que busca es la desaparición de un partido constitucional:
A esta ceremonia de confusión no podía faltar el Partido de los Socialistas de Cataluña, dedicado a la captación de políticos nacionalistas, como Ramón Espadaler, quien fuera consejero de Interior cuando el Gobierno de Artur Mas organizó la consulta ilegal del 9-N en 2014. Los socialistas repiten el error de desfigurarse ante la sociedad catalana con barnices filonacionalistas, que les han supuesto un declive electoral constante en los últimos quince años. Además, se dejan vapulear política y públicamente por Ada Colau, quien está consultando a las bases de su partido si mantiene o no el pacto con los socialistas en el Ayuntamiento de Barcelona.
Salvador Sostres critica la valentía impostada de gente como Carmen Forcadell y dice que para perpetrar esa cobardía, que mejor se lo hubiera pensado antes:
Siendo como yo unos cobardes, no habrían tenido que hacerse los héroes ante la masa independentista ni reclamarle una heroicidad de la que ni ellos están a la altura; ni que han hecho un ridículo espantoso y nos han hecho pagar a todos los catalanes un precio altísimo. Si llegado el gran momento os íbais a rendir, podríais haberlo pensado antes de hacernos tanto daño: a los independentistas de buena fe, a los del otro lado, que han visto su tranquilidad y sus derechos dramáticamente pisoteados, y a una economía que empezaba a recuperarse y que habéis vuelto a hundir y con ella a tantos catalanes que por fin empezaban a poder vivir.
Ramón Pérez-Maura insta a Forcadell a presentarse en la manifestación pro independentista que tendrá lugar este 11 de noviembre de 2017 por la calles de Barcelona y que les diga a los separatistas lo mismo que dijo ante el juez:
Sería una buena idea que Forcadell fuese hoy a la manifestación de Barcelona a explicar a los allí congregados exactamente lo mismo que dijo al juez. Después de todo, si el acusado puede mentir para defenderse, mucho más podrá hacerlo para defenderse de la ira de la turbamulta.
Luis Ventoso explica con meridiana claridad como el Gobierno de Rajoy se acongojó a la hora de darle para el pelo a los que bloquearon las vías del AVE en la huelga del 8 de noviembre de 2017 en Cataluña:
¿Qué hicieron los Mossos, la Guardia Civil y la Policía Nacional? Pues tolerar que bloqueasen trenes y autovías, permitir que amargasen la vida cotidiana de miles y miles de catalanes. ¿Por qué? Pues porque alguna eminencia del sector complejines del Gobierno consideró que preservar el orden público provocaría fotos poco guays y dañaría nuestra consideración exterior (¿le importó algo a Merkel su imagen cuando en junio infló a porrazos a los antisistemas de la cumbre del G20 en Hamburgo?). Nuestro Gobierno ha aplicado la misma lógica medrosa que lo llevó a demorar hasta lo insufrible la restitución de la legalidad con el 155. Pruebe usted cualquier día a irse a Atocha y meterse en las vías para detener un AVE. ¿Silbará la policía? Tenga por seguro que lo sacarán de allí a rastras.
El País finiquita a Carmen Forcadell:
La infausta carrera política de Carme Forcadell, una de las principales instigadoras del proceso secesionista catalán, se aproxima a su término. Forcadell y sus adláteres tienen, como todo justiciable, derecho a mentir para minimizar los perjuicios penales: y así lo recuerda el auto en el que se evoca la posibilidad de que sus declaraciones sean «mendaces». Puede que alguno haya optado por la mendacidad, anteponiendo su libertad individual a la pretendida libertad de Cataluña, para luego desdecirse de nuevo. Su final será aún peor. Cívica y judicialmente.
El Mundo asegura que a Forcadell le va a valer de poquito su arrepentimiento:
Si pensaba que conseguiría algún beneficio acatando la aplicación del artículo 155, renegando de la secesión y renunciando a cualquier acción fuera del marco constitucional, la lectura del auto del Supremo le habrá hecho albergar serias dudas sobre su futuro. Por eso haría bien en guardarse de nuevas provocaciones como el tuit que escribió nada más abandonar Alcalá-Meco, al calificar el Parlamento de Cataluña como sede de la «soberanía nacional».
Rafael Moyano se pone del lado del juez Llarena y considera que Forcadell es una mendaz de tomo y lomo:
Tanto arrepentimiento mosquea, también al juez Llarena, al que no se le escapa, en la frase más reveladora de su auto, que las afirmaciones de Forcadell puedan ser mendaces. Cómo para fiarse. ¿Cuándo querrá el villano volver a ser héroe?
