Albert Cavallé Ortín, de 36 años y sin oficio conocido, acumula denuncias de 23 féminas por hurto, estafa, apropiación indebida y coacciones

El repugnante audio del gigoló catalán que se pitorrea de las mujeres

El dinero que consigue de sus víctimas se lo patea en hoteles de lujo, putas y cocaína

Es un estafador compulsivo que actúa en las redes sociales, y que no piensa dejar de embaucar a las mujeres, según confiesa. Se llama Albert Cavallé, tiene 36 años, es alto, guapo y muy simpático, un auténtico seductor, y se burla de la justicia y de sus víctimas, tal y como puede comprobarse en el audio bajo estas líneas, publicado por ‘Crónica Global‘. Está en paradero desconocido.

Este catalán, conocido por sus amigos como Tito y que se llama a sí mismo «papá», es objeto de tres órdenes de búsqueda, captura y detención por parte de juzgados en Barcelona, Pamplona y Bayona (Francia), tras haberle denunciado 23 víctimas, que han confluido ante una empresa especializada en reputación on line y vigilancia y seguridad digital. Cavallé busca a sus víctimas en la red.

Cuando detecta que alguna de ellas es vulnerable o presa propiciatoria lanza el anzuelo en forma de mensaje o de propuesta de amistad con identidad falsa. Siempre se presenta como un tipo de éxito, afortunado en la vida y, por supuesto, muy triunfador en lo económico.

El embaucador, cuyo modus operandi es:

«Mis palos son más finos, engañando a una niña… te haces medio novio y luego desaparición y a por otra»,

las ha desplumado a base de bien con métodos de lo más diverso. Seduce con sus historias -algunas rocambolescas-, para después conseguir que le pongan a su nombre bienes, inmuebles o para que, directamente, le den dinero, que se patea en hoteles de lujo, putas y cocaína.

Una de las estafadas, que se hace llamar María para preservar su verdadera identidad, y de 34 años, denunció a Cavallé en mayo del 2015 y lo explica así a ‘El Periódico‘:

«Lo conocí en Pof, un portal de internet para buscar pareja. Se describió como un niño de papá, guapo y deportista, que trabajaba en una importante empresa familiar dedicada a invertir en otras entidades catalanas».

«Me dijo que, en ocasiones, los negocios de su padre bordeaban los límites legales, que Hacienda les había pillado y les había cerrado la empresa y necesitaba dinero para pagar las multas y los abogados».

Según la denuncia presentada por su abogado, Diego González Blesa, ante el grupo de estafa de los Mossos d’Esquadra, María, que entonces pensaba que estaba ayudando al hombre que la «enamoró» en una situación «de vida o muerte», fue entregándole distintas cantidades, hasta llegar a 60.000 euros.

Según averiguó luego la mujer, el dinero sirvió para sufragar «el alto tren de vida» del presunto estafador: «Se gastó mis ahorros en putas, coca y hoteles de lujo», lamenta.

Resultado de imagen de Albert Cavallé,

El tipo ha conseguido incluso que sus víctimas le pusieran a su nombre bienes que iban desde una bicicleta a un teléfono iPhone o un coche. Según fuentes policiales, el sospechoso creaba anuncios clasificados en perfiles de, por ejemplo, Wallapop.

Tras la obtención del botín, acto seguido vendía esas pertenecías sisadas a sus legítimas propietarias. Colocó en el mercado por 60.000 euros un coche que una de sus víctimas le había cedido o una bicicleta que situó en el mercado por 800 euros.

Lo último que se sabe de él es que se estaba haciendo pasar por hijo del doctor Planas (de la famosa clínica barcelonesa de cirugía estética Planas) para enredar a nuevas víctimas.

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