El escritor Javier Marías ha dedicado su última columna, publicada en ‘EPS’ este domingo 22 de abril de 2018, al anuncio por parte de la banda asesina ETA de su definitiva disolución.
Después de repasar todos los horrores perpetrados por los etarras, ha aprovechado el conchabe y la complicidad de los políticos de Podemos y los separatistas con los representantes herederos de las tesis de ETA–Nicolás Redondo hunde en COPE a Iglesias: «ETA tenía su teléfono»–.
Recuerda Marías que durante mucho tiempo «una porción de la sociedad vasca ha estado durante décadas envilecida (en el peor de los casos) o acobardada (en el mejor, y no es bueno)»–El largo historial de Pablo Iglesias en apoyo del terrorista etarra Arnaldo Otegi–.
Y añade que «no estoy seguro de que el tiempo verbal que he empleado sea adecuado, porque todavía se homenajea a lo grande a los etarras excarcelados y se vitupera a los deudos de quienes fueron asesinados por ellos»–‘Hazte un selfie con Otegi’: así recibieron los independentistas al batasuno cual futbolista o estrella de rock–.
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Y aquí viene el estacazo a los cuates de Iglesias y los pesados del lazo amarillo:
Y todavía Podemos y los independentistas catalanes hacen excelentes migas con los políticos bendecidos por la banda (o a la inversa), a los que consideran «gente de paz».
Lamenta el columnista de ‘EPS’ que a pesar de todo el daño y la sangre causados por los terroristas «hoy haya jóvenes que lo ignoran todo acerca de ese terrorismo, incluso en Euskadi».
Bastan siete años para que todo lo anterior parezca antediluviano, y así va el mundo. Pero algunos estamos acostumbrado a otro transcurrir del tiempo, y a recordar con nitidez.
Precisamente por ese hecho, por la ignorancia total o la falta de memoria, asistimos hoy en día, en tiempos de paz, a escenas tan sorprendentes como los selfies con Otegi en plena Diada como si de una estrella del rock se tratara o el camaleonismo político de Pablo Iglesias intentando apartarse de sus execrables declaraciones de juventud loando la lucha armada.