Cataluña es la cuestión fundamental que podrán encontrar en las tribunas y editoriales de opinión este 25 de abril de 2018. Tenemos desde la ‘papafritada’ de Alfred (el bobainas golpista de ‘Operación Triunfo’), a la pasividad del Gobierno de España o la sujeta que alentó y permitió el acoso a los hijos de guardias civiles tras el ilegal referéndum del 1-O.
Federico Jiménez Losantos, en las páginas de El Mundo, insiste en la idea de que el golpismo catalán triunfa gracias a la ineficacia y torpeza del Gobierno de España:
Menos mal que la torpeza de los golpistas y sus cómplices nos da algún respiro. Ayer también, Dastis denunció a Montoro: 1,5 millones de euros ha gastado Diplocat en defender por todo el mundo la destrucción de España, con el dinero de los españoles que sigue entregando el Gobierno al golpismo. En la instrucción de Llarena faltan tres piezas esenciales para describir antes de juzgar la estructura delictiva: Rajoy, Soraya y Montoro, golpistas por omisión.
El editorial de El Mundo considera que, a tenor de los hechos, el 155 se ha quedado en papel mojado y que en Cataluña siguen mandando y amenazando los mismos de siempre:
La historia prueba que cuando el Estado democrático se ausenta de un territorio, el hueco lo ocupan sus enemigos. A la vista de las vergonzantes imágenes del acorralamiento a Xavier García-Albiol -que quería celebrar Sant Jordi en la Badalona de la que fue alcalde- no parece que el 155 aplicado por el Gobierno de su partido esté sirviendo para restaurar el orden constitucional en Cataluña, que es el mandato que recibió del Senado.
Carmen Rigalt se muestra indignada con el ministro del Interior a cuenta de que se requisaran a la entrada del Metropolitano camisetas amarillas:
He ahí al ministro del Interior: A él no hubo que importarlo porque es producto interior bruto nacido en Montellano (Sevilla) y sabe las cosas por ciencia propia. Lástima que haya vuelto a patinar, con lo monísimo que estuvo en el caso Gabriel, que sólo de escribir su nombre me tiembla hasta el teclado. No todos servimos para todo, incluido Zoido. Él se dejó llevar por un exceso de celo, sólo eso explica sus ganas de meterse en líos haciendo requisar camisetas y bufandas amarillas en la final de Copa entre el Barça y el Sevilla. Luego el ministro desafió la razón diciendo que la orden no era política sino policial, y desde entonces no he parado de comerme el tarro pensando donde empieza lo político y termina lo policial.
Raúl Del Pozo ve en Cataluña un serio problema para la permanencia de Rajoy, más incluso que el tema de la aprobación de los Presupuestos Generales:
El conflicto catalán se ha enquistado y el Gobierno de España parece noqueado. La función de un Gobierno no es distribuir felicidad, pero sí tiene la obligación de mantener la ley y la libertad y parece, a ratos, que lo de Cataluña se les escapa de las manos. Los secesionistas, en su babel, han confundido las fantasías y no saben muy bien dónde quieren ir. «¡Se odian tanto entre ellos! -me explican desde Barcelona-. Se están creciendo y han logrado internacionalizar la batalla, creyendo que van a venir a salvarlos. Qué infantiles. Lo máximo que tendrán es otra Brigada Lincoln. Pero el desgaste va a ser enorme para Cataluña y también para España».
El editorial de ABC teme que el Gobierno juegue al tacticismo con la última ocurrencia de los separatistas y fugados golpistas catalanes:
Al parecer, el Ejecutivo se podría estar decantando por dejar en manos de los partidos políticos la decisión de recurrir al TC. Pero esto no detendría la burla según llegara al registro del Tribunal, como sí lo haría un recurso del Gobierno, sino que habría que esperar a que hubiera un auto después de que los magistrados estudiasen el asunto. En este caso, sin embargo, no puede haber tacticismos. Debe primar el sentido común, de tal forma que si en enero el Constitucional no permitía a un huido como Puigdemont delegar el voto, ahora debería considerar lo mismo con otro como Comín.
Ignacio Camacho tilda de torpe al Gobierno de Rajoy por no haber sabido controlar la cuestión independentista:
El presidente y su equipo no sólo no han dado en ningún momento la impresión de controlar la situación, sino que parecen ir por detrás del separatismo y tener cierta prisa en cerrar «el lío». El epítome de esa actitud renuente o desorientada es la aplicación encogida y tardía del 155, que parece estorbarle más que a los propios soberanistas, pero más allá de la ausencia de determinación y de los errores cometidos, lo que está devastando al Gabinete es su incapacidad de detectar o interpretar la sacudida reactiva que ha generado el conflicto: el resurgimiento en España de una suerte de nuevo patriotismo.
El País señala con nombre y apellidos a la ‘ideóloga’ que provocó el acoso a los hijos de guardias civiles en las escuelas después del 1 de octubre de 2017, fecha del referéndum ilegal:
La directora de servicios territoriales de la Generalitat, Núria Vallduriola -eficaz organizadora del dispositivo de sedes escolares para el referéndum ilegal-, que en su día apoyó a los presuntos delincuentes, debería al menos abrirles expediente informativo. O dimitir por su presunto partidismo. O ser cesada en virtud del 155 por primar los intereses corporativos sobre los de la infancia: una vergüenza en una alta responsable del departamento de enseñanza.
Pedro Narváez, en La Razón, tilda de bobo a Alfred por el regalito del libro ‘España de mierda’ a su pareja en el Festival de Eurovisión:
Lo peor de que el chico de Eurovisión regale un libro con ese título a su enamorada no es la provocación del encabezamiento sino el mal gusto literario del joven. La novelita es una cagarruta y el cantante meloso un papafrita por liarla.