Pedro Sánchez, después de su primera intervención como presidente en la sesión de control al Gobierno en el Congreso de los Diputados, vuelve a ser el protagonista este 21 de junio de 2018 de tribunas y editoriales de la prensa de papel donde la pregunta surge con toda la fuerza del mundo, ¿cómo es posible que el personal esté tan contento con un político que tiene una anémica fuerza de 84 diputados que no da ni para pipas?
El editorial de ABC le dice claramente a Sánchez que ahora va a empezar a ver las dificultades que supone gobernar con solo 84 diputados:
Sin proyecto político por su anemia de escaños, el jefe del Ejecutivo está demoliendo todo su discurso previo a la moción de censura. Es más fácil criticar al PP que gobernar
Isabel San Sebastián hace una reflexión muy atinada en torno a quienes se presentan a las primarias del PP para ser su nuevo líder:
La batalla, en todo caso, no empezó con la moción de censura y la espantada del censurado, sino mucho antes. Hay quien lleva años haciendo acopio de armamento mientras otros trabajaban duro para ganar elecciones. La ambición que mueve la mayoría de estos hilos no se proyecta sobre el futuro de España o el bienestar de los españoles, sino sobre el control de un partido que Rajoy heredó intacto y hoy está hecho jirones, como lo está, en buena medida, la nación a la que dice servir. En las filas del PP empieza a circular una frase que acaso lleve a más de uno a replantearse la papeleta: «Quienes nos han traído hasta aquí no pueden seguir mandando».
Luis Ventoso habla sobre los fuegos de artificio en los que Sánchez está convirtiendo su legislatura:
Sánchez sobrevive con su política de pompas de jabón porque, salvo excepciones como este periódico, no existe un escrutinio metódico de su tarea. Le basta con golpes de efecto que distraen de su inanidad, como desenterrar a Franco, al que dados los constantes servicios que está prestando a Ferraz imaginamos muy pronto recibiendo a título póstumo la medalla de oro y diamantes del PSOE.
John Müller, en El Mundo, define al Gobierno de Pedro Sánchez como el del Gobierno-sonda:
De momento, con 84 diputados, el juego de Sánchez consiste en agotar la legislatura si puede y en convocar elecciones cuando sus dispositivos de alerta temprana le digan que las cosas pueden hacerle daño al PSOE en las urnas. El resto del tiempo lo pasaremos probando y comprobando. Lo importante es que los sensores no le fallen.
La Razón denuncia la nueva burla e insulto de Quim Torra al rey de España:
De nada vale que Torra proclame que está abierto a dialogar -incluso a «negociar» no se sabe con quién y de qué-, si éste afirma que el Rey dio «su aprobación a la violenta represión de la Policía contra ciudadanos completamente pacíficos», lo que supone un apoyo explícito a la campaña lanzada por los independentistas. La carta que Artur Mas, Carles Puigdemont y el propio Joaquim Torra han enviado al Rey pidiendo que se abra una «etapa de negociación», y donde vierten tan grave acusación, es sencillamente un despropósito mayúsculo, un disparate institucional, una burda operación propagandística con pasajes insultantes contra la Corona y todos los demócratas.
El Mundo tampoco entiende que el Rey sea insultado en su propia casa, es decir en Cataluña:
Que el jefe de un Estado democrático, cuyo único pecado es haber defendido sin ambigüedades la Constitución de la que emana la legitimidad que él mismo representa como símbolo de la unidad y permanencia de la nación, no pueda poner el pie en una parte del propio territorio es un escándalo que revela la brutal anomalía en que se han instalado los actuales representantes y gestores del Estado en Cataluña. Pero el separatismo es, entre otras cosas, una estrategia pasivo-agresiva que siempre alterna el matonismo con el victimismo.