El congreso del PP ocupa y preocupa a la prensa de papel este 20 de julio de 2018. Los editoriales y tribunas de opinión no se posicionan abiertamente por uno u otro candidato, pero entre líneas se puede detectar que la corriente sopla más a favor de Pablo Casado, especialmente por los palos que se lleva Soraya Sáenz de Santamaría por hacer de su condición de mujer el argumento esencial para ganar la elección de los compromisarios.
Federico Jiménez Losantos, en El Mundo, espera ansioso a saber qué sucederá este 20 y 21 de julio de 2018 en el congreso del PP con la votación de su nuevo presidente por parte de los compromisarios:
Es posible que hoy Mariano Rajoy redondee su faena al partido, a la derecha y a España ungiendo a su segunda durante toda esta década como primera, única y legítima sucesora del erial en que deja convertido al PP. Es lo que hasta hace poco todo el mundo daba por hecho. Pero desde hace algunos días corre el rumor de que las famosas llamadas de Rajoy viendo en peligro a su pupila son sólo una argucia del equipo de Soraya. Hoy lo sabremos.
El Mundo reclama al PP que gane quien gane en el congreso del PP, lo importante es salir reforzado y poder luchar contra el Gobierno más débil de la historia:
Pablo Casado representa una renovación quizá paradójica, puesto que ha enarbolado el retorno a un discurso fuerte de resonancias aznaristas, pero cuenta a su favor con el factor generacional y con la falta de erosión por su ausencia en los gobiernos de Mariano Rajoy. Soraya Sáenz de Santamaría proyecta la imagen de la experiencia en la gestión pese a que su perfil ideológico es tan difuso como el del propio marianismo, del cual fue el principal baluarte después del mismo Rajoy. Quienquiera que se imponga finalmente tiene el derecho a fijar el rumbo político del partido conforme a su propia personalidad, pero tiene también el deber de integrar al derrotado para salir reforzados y unidos a ejercer la oposición al Gobierno más débil de la democracia. No es el PP el que se juega mucho en ello: es España.
Santiago González considera que en las primarias del PP lo relevante no es ni la juventud de Pablo Casado ni el sexo (femenino) de Sáenz de Santamaría:
El sexo y la edad no son determinantes. La crisis del PP, y es para estar en crisis que un fulano como Pedro les haya madrugado la cartera, había que resolverla con una reflexión profunda: Quiénes venimos, de dónde vamos, adónde somos. Una refundación del partido y no un debate fulanista sobre el mando. No hay tradición. Lo mismo debió haber hecho el PSOE después de Zapatero. No lo hicieron y el resultado es Pedro. No solo para la familia socialista; para todos nosotros.
Raúl Del Pozo detalla lo que más asusta a la candidatura de Pablo Casado a poco más de 24 horas para la votación del 21 de julio de 2018:
Lo que asusta a los seguidores de Pablo es la última palabra de Rajoy y se burlan diciendo que tendría guasa que el que prometió que no habría dedazo saliera en auxilio de su protegida. Esperan que esta vez los discursos en el Auditorium -un hotelazo tan lejos como un mesón de carretera- sean decisivos en la postura que vayan a tomar los 3.082 compromisarios, apretados como sardinas arenques. No son políticos a los que deslumbra la llama del poder, sino la necesidad del empleo. Saben que en el aparato está la doblez y la traición.
Josep Ramoneda ,en El País, apalea a los dos aspirantes a presidir el PP, pero sorprende la saña con la que sacude a quien fue la salvadora de su diario, Soraya Sáenz de Santamaría:
Soraya Sáenz de Santamaría no ha considerado necesario tener ideas ni programa, probablemente acostumbrada a que estas cosas con Rajoy eran más bien un estorbo. Su proyecto es ella misma: su hoja de servicios, como primera ministra del presidente saliente. Y en esta hoja figura la estrategia judicial que sacó el proceso catalán de la vía política hasta llevarlo al atasco actual. El objetivo prioritario de encauzar la cuestión catalana requiere un consenso mínimo entre los principales partidos para reconducirlo a la vía política. Pero el PP sigue en la fantasía de la derrota definitiva e incondicional del independentismo. Y además intentará capitalizarla contra Pedro Sánchez. ¿Algún día se impondrá en la derecha el principio de responsabilidad?
Por cierto, El País deja a la exvicepresidenta en evidencia:
Este diario solicitó a los dos candidatos, Soraya Sáenz de Santamaría y Pablo Casado, una entrevista con motivo de las primarias. La del vicesecretario del PP se hizo el miércoles y se publicó este jueves. La exvicepresidenta rechazó esa invitación. Una portavoz de la candidata confirmó ayer por la tarde que no respondería a EL PAÍS a pesar de los reiterados ofrecimientos de este periódico de entrevistarla cualquier día y en cualquier lugar.
ABC reclama al PP que aproveche estas dos jornadas de congreso para salir como un partido reforzado:
Las dos jornadas que se abren hoy en Madrid no pueden ser desaprovechadas con otra partida de un juego reducido en las últimas semanas a un cruce de simpatías y compadreos. Lo merecen los votantes del PP y lo necesita el propio partido. Los militantes y simpatizantes populares buscan un nuevo líder, pero, más aún, un programa ilusionante, valiente y transformador que les devuelva la confianza en esa España que, con las ideas claras, ha contribuido a hacer mejor.
José María Carrascal apunta que lo que se va a ver en el congreso del PP es una pugna entre Aznar y Rajoy más que entre Soraya y Casado:
La pugna que vamos a ver mañana en el congreso del PP para decidir su próximo líder no es entre los contendientes oficiales, Santamaría y Casado. Es entre Aznar y Rajoy, los líderes anteriores, que vienen forcejeando desde hace tiempo, el uno sin rebozo, el otro renuentemente, como hace todo. Soraya y Pablo, que han servido a ambos, no hacen más que representarlos, y recibir los golpes, claro, pero al hacerlo voluntariamente, no les duelen. Otra cosa son los golpes que reciba el partido.
Pedro Narváez, en La Razón, asegura que no es de recibo a estas alturas poner por delante la condición de mujer como argumento para poder ganar la presidencia del PP:
La ex vicepresidenta ha sorprendido al hacer bandera de las cuotas, si bien las rechazaba, en mi opinión para bien, cuando tenía el poder bien cogido por los cuernos y ella se ataba los machos. Los populares no tienen que elegir entre una mujer y un hombre o una esponja sino al mejor o a la mejora que pueda llevar al partido a lo que de él esperan sus fieles que no son muy de lenguaje inclusivo y esos juegos florales, de las flores del mal.