Este 29 de septiembre de 2018 los espectadores de laSexta Noche pudieron escuchar a una pensionista llamada Paca Blanco asegurar que las pensiones hay que subirlas porque los jubilados están «pagando una crisis que no hemos provocado nosotros, manteniendo hijos y nietos porque no pueden trabajar».
«A mis años he tenido que delinquir, pero con mi pensión no se puede vivir», afirmó la pensionista con dignidad.
«A lo mejor yo que cobro 650 euros de pensión entre una pensión de viudad y una jubilación pudiera vivir comer todos los días porque tengo que ayudar a dos hijos que tengo parados. La situación no la hemos creado nosotros pero la tenemos que pagar.»
Un reportero en el plató, conmovido, le preguntó cómo se las apañaba para vivir con 640 euros.
Paca dijo que de esos 640 euros, 240 se iban en el pago de servicios. El rótulo de laSexta decía que «vivía de alquiler» pero la pensionista reveló que vivía de okupa:
«Creo que deberíamos ser sensatos y ver que nuestros mayores no podemos vivir con 650 euros. Vivo porque no pago casa, porque soy okupa, porque pincho el agua y la luz. Quiero los 1.080 euros que se está cobrando en toda Europa».
¿Vivía de okupa o de alquiler? ¿Pagaba los servicios o se enganchaba ilegalmente a ellos?
Algo en el discurso de esta pensionista no cuadraba. Y es que resulta que Paca Blanco no es una «pensionista» al azar sino una veterana activista de la izquierda anticapitalista y ecologista.
«Mujer de 68 años, Ecologistas en Acción, Movimiento Iberico Antinuclear, Foro Extremeño Antinuclear, PX1NME. Anticapitalista Siempre, Feminista de Corte Acrata», así se define en su cuenta de Twitter.
Y hay otro misterio: ¿cuánto cobra realmente? Porque en una entrevista en 2014, Paca Blanco dijo que solo por la pensión de viudad cobraba 600 euros. Y que pagaba una hipoteca de 400 euros de la que debía 10.000 euros al banco. ¿Donde comienza la verdad y dónde termina la mentira en los ingresos que declara la «pensionista»?
Francisca ‘Paca’ Blanco se hizo conocida por ser la coordinadora regional de Ecologistas en Acción en Extremadura contraria al proyecto de Marina Isla de Valdecañas.
«El proyecto se componía de dos hoteles, 300 villas, apartamentos, campo de golf de 18 hoyos, complejo deportivo, 76 atraques, zona de piscinas y playa artificial. Más de la mitad de las villas están ya construidas (en concreto 170), así como el campo de golf y el hotel Vincci», publicó El Confidencial.
En 2014 el Supremo le dio la razón a la ecologista y ordenó la demolición del complejo turístico de 130 millones de euros.
«Soy anticapitalista, antifascista y antinuclear. Empezó a interesarme la ecología social porque me termino llevando a inmigrantes y a todo el mundo a casa. Prefería luchar en algo más global sin involucrarme yo tanto», dijo en una entrevista El País.
Dice haber trabajado en Ecologistas en Acción durante 15 años sin haber cobrado un duro.
La noche del 24 de noviembre de 2007 unos desconocidos arrojaron al interior de la vivienda de esta activista ecologista y su compañero, varios objetos incendiarios. «Me echaron. Me tiraron cócteles molotov, naranjas, piedras, me rompieron los cristales, pusieron petardos en el buzón, rompieron mi furgoneta…».
El alcalde de El Gordo dijo que no había habido ningún intento de agresión a la vivienda sino que, en uno de esos intentos, «eran petardos que tiraron dos o tres chavales haciendo una gamberrada».
Es más, se pregunta por qué no dice también que esos chavales fueron a su casa a pedir perdón acompañados por sus padres o que estos le compraron el buzón que se había incendiado.
«Pero claro, eso se lo calla porque no le interesa. Fue una chiquillada, una gamberrada como puede ocurrir en cualquier sitio. No un acto de terrorismo, como ella dice. Hasta ahora hemos estado callados por prudencia, pero ya ha superado el límite al meterse nuevamente con los vecinos para justificar que tiene que irse de El Gordo cuando la han pillado vendiendo la casa que tiene en el pueblo aprovechándose de la urbanización de la Isla de Valdecañas, a la que se opone».
Muy cercana a Izquierda Unida, su activismo ecologista se supuso abandonar la localidad de El Gordo (Cáceres) donde residía con su pareja. Pero este es otro de los agujeros negros en la biografía de la activista.
¿Por qué se fue de El Gordo dejando una casa de 90.000 euros, que al menos hasta abril de 2018 seguía en venta, para irse a vivir a una caravana? ¿Por qué utilizó la cercanía de la urbanización que tanto ha criticado para captar el interés de los compradores?
El anuncio, publicado desde el 18 de enero, reza textualmente: «Se vende en El Gordo, Cáceres: Casa de piedra de dos plantas toda exterior, recién rehabilitada (bio construcción) instalaciones de agua y luz nuevas, pueblo con pleno empleo, construyéndose una gran residencia de ancianos y una gran urbanización Marina Isla Valdecañas con pantano e instalaciones deportivas, a 160 km de Madrid por autovía A5, a 3 km de la misma, con un buen servicio de autobuses a Talavera 40 km, Madrid a 20 km, Navalmoral y resto de Extremadura con futura estación del AVE en Navalmoral» .
Hay testigos que dicen que Paca arrojaba los escombros de las obras que hizo en su casa en una escombrera que se encuentra en zona zepa, de Especial Protección para las Aves. —El alcalde de El Gordo asegura que Paca Blanco vierte escombros en una zona zepa—
«Tanto decir que no se puede hacer la Isla de Valdecañas en una zona protegida y resulta que echa allí los escombros. Lo único que queremos en El Gordo es que esta señora nos deje tranquilos y deje a la gente que tiene trabajo que pueda seguir trabajando».
Para su sorpresa, el PP le concedió una vivienda social en Talayuela (Cáceres) pero por lo que sea no le gustó. «Nos fuimos a vivir a Talayuela pero no me acostumbre, de modo que devolví las llaves y me vine a Madrid». —Paca Blanco: “Debo decir que nunca he tenido miedo, pero a veces he tenido que pedir protección”—
Luego de abandonar Extremadura, se dedico al activismo contra las centrales nucleares participando en el Movimiento Ibérico Antinuclear y en el Foro Extremeño Antinuclear. Su obsesión fue el cierre inmediato de la Central Nuclear de Almaraz (Cáceres).
Ahora dice estar en la Plataforma Recuperar Valdecañas y, desde que ha vuelto a Madrid, está en la PAH. Hemos visto jóvenes sin futuro que venían de familias de acaudalados socialistas como Ramón Espinar o falsas deshauciadas que acabaron de alcadesas de Barcelona como Ada Colau. ¿Es Paca Blanco otra impostora de la misma factoría como tantos que utilizaron la marca Podemos para medrar?