ANÁLISIS

Gracias, Atresmedia: la estrategia de laSexta de linchar a VOX acaba con Susana Díaz y deja temblando a Sánchez

Gran victoria de Pablo Casado consiguiendo mantener vivo al PP pese a la calamidad de Juanma Moreno

Del divide y vencerás al ‘divide y perderás’. Las elecciones en Andalucía en las que nadie creía que el PSOE fuera a perder el poder y nadie creía que los socialistas pudieran bajar de la barrera del 30% se consumó.

La batalla electoral dejaba ganadores y perdedores (o, en este caso ‘perdedoras’), aunque también los hipotéticos ganadores deberán enfrentarse a sus contradicciones. Sus discursos dejaron constancia de algunas de ellas y también de las preferencias de los medios de comunicación.

Las intervenciones de Teresa Rodríguez, Albert Rivera y Moreno Bonilla se solaparon en el tiempo. La Sexta dio preferencia ante ese ‘cruce’ a la de Albert Rivera, mientras que Canal Sur optó por la de Teresa Rodríguez. La Sexta logró sacar las imágenes de Santiago Abascal, de Vox, a pesar de que no estaba incluido en su infografía, mientras que Canal Sur dejó que llegaran las 12 de la noche sin haber sacado la declaración de ningún representante de esa formación, a pesar de que no dejaron de hablar de ella para ponerla a caldo.

Susana Díaz, divide y perderás

No está en racha Susana Díaz. La mujer que aspiró a todo está a punto de quedarse sin nada. Perdió el liderazgo nacional del PSOE frente a Pedro Sánchez y trató de refugiarse en su liderazgo autonómico andaluz como José Bono, que tras perder frente a Zapatero en 2000, al menos revalidó su presidencia de Castilla la Mancha en 2003, o Fraga, que tras dejar el liderazgo nacional del PP le quedó el consuelo de arrasar en Galicia. No es el caso de Susana Díaz.

Díaz centró su discurso de la derrota en atacar a Vox, sin darse cuenta que ‘identificar como enemigo’ a Vox es el mejor favor que le puede hacer, el mismo que le hizo el PP a Podemos en 2014.

La presidenta parecía no creerse por qué le había pasado esto, como si no entendiera el desgaste de 40 años en el poder, como si no entendiera que sus antecesores están sentados en el banquillo acusados por corrupción y como si no entendiera lo que suponía para muchos votantes andaluces que el PSOE esté gobernando con el apoyo de los mismos independentistas que quieren romper con España, con el argumento de que los beneficios de su comunidad en vez de repercutir en ella, son destinados a mantener a comunidades en pérdidas como Andalucía, un discurso que igual a muchos andaluces no agrada.

Lo mejor en esto fue el discurso de José Luis Ábalos haciendo un llamamiento al PP y a Ciudadanos… ¡Para no pactar con partidos no ‘constitucionalistas’! Interesante elección de palabras por Ábalos, teniendo en cuenta que todo el mundo sabe lo muy «constitucionalistas» que son los actuales socios del PSOE: Podemos, Comunes, Mareas, Compromis, ERC, ex PDCAT, PNV o EH Bildu.

Moreno Bonilla, tocar el poder a costa de su incoherencia

¿Puede un mendrugo cuyos principales padrinos políticos fueron Soraya Sáenz de Santamaría, co-responsable del fracaso de la gestión del 1 de octubre, y el ‘renovador’ Javier Arenas, que lleva en política casi tanto como Chaves y Griñán, ser el nuevo presidente de la Junta de Andalucía. Por la composición parlamentaria puede ser así. Y será la ocasión de demostrar si el PP es capaz de acabar con el modelo de clientelismo y subvención que tanto ha criticado.

Ahora bien la primera contradicción ya la tiene, nada de lo que haga podrá quitar la hipocresía que supone que el mismo partido que se ha llenado la boca hablando de que debe gobernar siempre el más votado y que los ‘pactos de perdedores’ eran ilegítimos (principal argumento usado por peperos para deslegitimar a Pedro Sánchez) y ahora proponían sonrientes una.

Desde Periodista Digital ya adelantamos que aquella postura del PP era oportunismo y que cambiarían de postura en cuanto una ‘suma’ les diera el poder en algún sitio. No han tardado ni cinco minutos, pero no por ello dejan de ser hipócritas.

Juan Marín, de mal perdedor a mal ganador

La diferencia del discurso de Susana Díaz al de Juan Marín, es que si la candidata del PSOE mostró el discurso de mala perdedora con mensajes guerracivilistas, de movilización contra la satánica ultraderecha, etc, Juan Marín y Albert Rivera nos mostraron lo contrario, el perfil de los malos ganadores.

Hablaron como si prácticamente todo lo ocurrido en Andalucía fuera gracias en exclusiva a ellos a pesar de la derrota moral que suponía no haber superado al PP que, digan lo que digan, era su gran sueño de estos comicios. Debe ser que Juan Marín y Alber Rivera tenían preparado el discurso para esa posibilidad y no lo cambiaron cuando dijeron que PP y Vox debían apoyar a Juan Marín como el nuevo presidente de Andalucía.

Albert Rivera llegó al absurdo al decir que igual que ellos apoyaron a Cifuentes (que sacó más votos que ellos) y apoyaron a Susana Díaz en las pasadas elecciones (que había sacado más votos que ellos) y apoyaron a Rajoy (que había sacado más votos que ellos), que ¿qué motivo había para que el PP no les respaldara ahora? No uno, 200.000, los doscientos mil votos de más que ha sacado el PP contra ellos. Ya que Marín, al contrario que Cifuentes o Rajoy, no es el candidato del centro-derecha más votado. Qué triste es ser tan mal ganador.

Teresa Rodríguez, 1+1 no suma 2

Que lejos quedan los tiempos en que los morados decían que su objetivo era gobernar y no ser bisagra del PSOE, que lejos tiempos quedan en los que Pablo Iglesias decía que había que dejar los viejos símbolos de la izquierda, ‘la hoz y el martillo’ y cambiar de discurso. Podemos e Izquierda Unida volvieron a repetir, cuál 1936 los viejos discurso del ‘no pasarán’ y del ‘Sevilla será la tumba del fascismo’.

Teresa Rodríguez y Antonio Maillo comprobaron que la suma de Podemos e Izquierda Unida, Adelante Andalucía, no sólo no había sacado más, sino que, otra vez, había restado. Por ahí escondido estaba un Alberto Garzón que, en teoría había enterrado IU con la excusa de que eso llevaría a la extrema izquierda al poder.

Sólo les quedó vocear contra el fantasma de la extrema derecha y erigirse defensores únicos del feminismo y los LGTB, como si ellos y sólo ellos fueran los protectores de mujeres y gays. Lo triste no es Andalucía, lo triste es que Teresa Rodríguez soñaba con ser alternativa de Gobierno, con dar la sorpresa y quedar en segundo lugar, por delante del PP como insinuó el CIS.

Nada de nada. Rodríguez entendió que el papel de Podemos nunca será el de gobernar, sino el de mera bisagra del PSOE, como fue el de IU. Ella lo entendió y Pablo Iglesias, el hombre que soñó con ser presidente, también lo va entendiendo. Sólo le queda hablar de pactos de bisagra con el PSOE.

Pablo Iglesias cerró su discurso haciendo un emotivo llamamiento a los independentistas a aprobar los presupuestos de Pedro Sánchez, porque sino «ponían en juego a la democracia». Pedro Sánchez se lo agradecerá, sus votantes no parece…

Vox: Rentabilizar una campaña de linchamiento

Es de esperar que Francisco Serrano y Santiago Abascal manden mazapanes, bombones o lo que se precie a Susana Díaz y a los medios de la izquierda como La Sexta por su campaña a favor de centrar todo el debate en Vox en una fijación que casi superaba la que tuvo Trece con Podemos en 2014.

A La Sexta se lo agradecieron dejándola fuera de su noche electoral, aunque logró hacerse con unas imágenes de las intervenciones en directo de Serrano y Abascal, algo que, en cambio no hizo Canal Sur.

El Parlamento de Andalucía, donde no logró colarse el CDS de Adolfo Suárez ni en su mejor momento, y donde no logró colarse UPyD en el suyo, ha irrumpido con fuerza Vox con más diputados que los que tuvo el Partido Andalucista (que fuera bisagra andaluza entre 1994 y 2004) en sus mejores momentos. Entre los agradecimientos Abascal y Serrano también deberían incluir a Quim Torra y compañía que también han puesto su granito de arena para la atmósfera que ha llevado a su irrupción.

El PP tendrá que mirar de reojo a sus votantes, y puede que también algunos dirigentes o ex dirigentes callados que, tras ver que hay agua en la piscina, van a lanzarse de cabeza ante unas inminentes municipales, con tantos puestos a ofertar.

Y eso también vale para periodistas. Si los de izquierda seguirán con su ¡que viene el lobo!, entre los de derecha que habían ninguneado a Vox, o directamente insultado, vamos a tener ocasión de ver unas evoluciones tan curiosas que aquellos que tengan memoria podrán echarse una risas. Al tiempo.

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Autor

Luis Balcarce

De 2007 a 2021 fue Jefe de Redacción de Periodista Digital, uno de los diez digitales más leídos de España.

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