Los listos de la publicidad que cobran fortunas

¿Quiénes fueron los genios del marketing que pusieron a coches nombres como ‘Pajero’ o ‘Corrida’?

Los nombres de coches más desafortunados, tienen equivalente en muchos otros sectores

Todos nos hemos preguntado siempre acerca del extraño nombre que ponen las marcas de coches a sus modelos

Todos nos hemos preguntado siempre acerca del extraño nombre que ponen las marcas de coches a sus modelos.

Nombres, muchas veces, que por sus distintas procedencias idiomáticas dan lugar a curiosos e hilarantes malentendidos. Hoy repasamos los nombres más controvertidos que se recuerdan en el mundo del automóvil.

Uno de los más famosos es el todoterreno de Mtsubishi que fue rebautizado en los mercados de habla hispana como Montero, ya que en origen había recibido el nombre de Mitsubishi Pajero; en realidad, ‘Pajero’ aludía a una especie de felino en japonés, pero razones obvias obligaron al cambio de nombre en países como España.

Y del ‘Pajero’ es casi inevitable saltar con la mente al Ford Corrida, aquel prototipo presentado en 1976 por la marca americana y que, por supuesto, no pasó desapercibido entre los consumidores hispanos.

Algo similar ocurrió con el no menos famoso Mazda Laputa, nombre bajo el que se vendió en Estados Unidos, desatando la jocosidad del público hispanoparlante.

Otro nombre un tanto desagradable al oído español es el del Nissan Moco, aquel coche de principios del milenio que de algún modo hacía honor a su nombre, ya que se trataba de un diminuto microcoche con apenas 54 CV de potencia y que, incluso, llegaba a ofrecerse en color verde…

Y salido de Asia, aunque no de Japón sino de Corea, también cabe recordar el todoterreno Kia Borrego, un nombre menos dado a la hilaridad pero que sustituía a su vez a otro no menos curioso: Kia Mesa.

Por último, el honor de tener el nombre más desacertado para tratarse de un automóvil recae sobre el Fiat Marea de mediados y finales de los 90, que hacía temer que dicho nombre describiera la sensación al montar en el coche.

El Mazda Laputa tampoco llegó a venderse en España, pero si lo hizo en EEUU dónde muchos hispanohablantes debieron divertirse mucho cada vez que veían pasar a una chica al volante de uno de ellos.

También en otros países ha ocurrido el mismo fenómeno. En Reino Unido el Pajero se renombró como Mitsubishi Shogun.

El SEAT Málaga cuando se vendió en Grecia, lo renombraron como Gredos, porque malakas en griego significa… pajero, con perdón de la expresión. En Francia, el Toyota MR-2 sonaba sospechosamente a merde, cuya traducción es obvia.

Volkswagen también tuvo algún que otro desliz. En este caso el protagonista del nombre poco afortunado ha sido el Jetta, una de las berlinas más exitosas de la marca alemana.

¿Tal vez sea el nombre el motivo por el que en España no se ven muchos Jetta por la calle?

En este caso creo que queda demostrado que un nombre poco afortunado no es suficiente para llevar un modelo al fracaso, ya que no debemos olvidar que el Volkswagen Jetta se llamó durante mucho tiempo Bora en el mercado español, para volver luego a sus orígenes ya que ahora se comercializa como Jetta.

Otros ejemplos como Polo GT, Kia Borrego o Lexus LF-A ya suponen una interpretación un tanto avanzada para conseguir sacarle el doble sentido. También los hay con doble sentido si se usa su plural, como el Audi Q3. ¿Quién se atreve a aportar algún ejemplo más?

Estos son solo algunos casos que evidencian que la labor de los responsables de marketing a la hora de elegir un nombre para una marca de coches global no es precisamente una tarea sencilla. Pero ojo, porque el tema de los nombres de los coches todavía va a traer cola.

 

Te puede interesar

CONTRIBUYE CON PERIODISTA DIGITAL

QUEREMOS SEGUIR SIENDO UN MEDIO DE COMUNICACIÓN LIBRE

Buscamos personas comprometidas que nos apoyen

COLABORA

Lo más leído