El relato es realmente estremecedor. Pepe y Juan, nombre ficticio de los dos agentes municipales del Ayuntamiento de Madrid que atendieron al mantero que sufrió un infarto y que posteriormente falleció en el barrio de Lavapiés el 15 de marzo de 2018, han hablado por primera vez ante un medio de comunicación y, a tenor de sus testimonios, están atravesando por una situación dramática.
‘Herrera en COPE’ entrevistó este 23 de marzo de 2018 a los dos efectivos y reconocen que una semana después no se han podido recuperar de la impresión que les produjo le luctuoso suceso.
Escuche el audio desde el minuto 10:40 al 20:40
Los agentes le relataron a Carlos Herrera como discurrieron los hechos:
Nosotros íbamos en el coche patrulla por la calle Oso y vimos que había mucha gente alterada. Con gestos de auxilio nos llamaban. Fuimos corriendo y vimos una persona tendida en el suelo. En la boca tenía un paquete de tabaco y pañuelos para impedir que la lengua le obstruyera la respiración. Estaba inconsciente, así que le pusimos en posición de seguridad porque tenía pulso. Pero enseguida lo perdió y empezamos a hacer la reanimación cardiopulmonar.
A su auxilio acudieron también más policias locales y dos miembros de la Policía Nacional, y se fueron turnando para intentar reanimarlo. Finalmente, el inmigrante falleció y los dos agentes se quedaron en el lugar hasta que llegó la Comisión Judicial para certificar la muerte.
Nosotros intentamos hacer todo lo posible para salvar a esa persona. Y nos fuimos satisfechos por lo que hicimos, aunque no pudiéramos salvarle la vida. Sin embargo, nos hemos sentido impotentes al escuchar que fuimos precisamente nosotros los causantes de su muerte.
Los dos policías sienten ahora «abandono y frustración» y reconocen que se han encontrado muy mal estos días.:
Nosotros hemos visto cómo se nos ha muerto una persona en las manos. Y eso es algo que nos va a quedar para toda la vida. Nos queda una gran desazón al haber intentado salvar una vida y no conseguirlo.
Y denuncian que al Ayuntamiento de Madrid les ignoró por completo a la hora de conformar su propio relato de los hechos:
Lo que nos hubiese gustado es que hubiese habido alguien lo medianamente visible. Los hechos y las diligencias vienen sucediendo entre las 20:30 y las 21 horas y sentimos un poco de abandono porque no preguntaran a la patrulla interviniente lo que había pasado para redactar la nota de prensa y que esperasen con tanta dilación que incluso no hicieron declaraciones hasta las 13-14 horas del día siguiente.
Reconocen que desde ese día no han podido ir por Lavapiés:
No hemos podido bajar, se han producido hasta manifestaciones donde la gente gritaba que nos iban a matar, que nos iban a asesinar. El barrio no lo hemos podido volver a pisar.