Frente a tanto ministro pacifista que prefiere morir o matar, la decisión de matar a un enemigo que nos quiere matar está justificada como defensa legítima
Habrá quien lo encuentre gracioso, pero es pura manipulación. Wyoming sostiene que él no es periodista y tiene razón.
Es un showman ingenioso y lo suyo es divertir y entretener, pero eso no puede ser excusa para saltarse a la torera hasta las mínimas reglas de juego y tergiversar la realidad bajo el camuflaje del chiste.
Usando como base sus palabras en el Diario de la Noche de Telemadrid y manejando con habilidad digna de otra causa las herramientas del montaje, Wyoming ha presentado a Hermann Tertsch como un perfecto desalmado. Lo ha hecho en El Intermedio, su programa de la Sexta.
Tertsch, cuyas credenciales como periodista comprometido con la libertad son acrisoladas, había arrancado su programa afirmando algo de puro sentido común:
«Frente a tanto ministro pacifista que prefiere morir o matar, la decisión de matar a un enemigo que nos quiere matar está justificada como defensa legítima y que si el pudiera matar a quince miembros de Al Qaeda para liberar a los tres compatriotas secuestrados lo haría sin dudar».
Con un montaje propio de Goebbels, el programa de Wyoming sacó a Tertsch diciendo que él mataría a quince pacifistas, que está dispuesto a matar a quince menores y a quince ministros del Gobierno español.
Para rizar el rizo, concluyeron el artificio haciendo parecer que, por unos cuantos dólares, Tertsch se declara también dispuesto a matar a Zapatero.
Es evidente que Wyoming pasta en territorios políticos que a Tertsch repelen. También que tienen valoraciones muy diferentes de lo que representa Zapatero para España, pero el montaje va mucho más allá de la discrepancia y refleja mucha miseria moral.