"Pretender decir que quienes se tienen que avergonzar son los medios de comunicación que han publicado la noticia, me parece de risa Juan, los que tenéis que avergonzaros sois vosotros"
Se presentaba en ‘El Cascabel’ el economista Juan Iranzo en la velada de 13 de octubre de 2014, un participante frecuente en las tertulias nocturnas de 13TV, que ahora más que nunca representaba un interés por sí mismo como uno de los protagonistas de la actualidad, poseedores de las nefastas tarjetas negras de Caja Madrid descubiertas ahora.
Miembro de la comisión de control de Caja Madrid durante tres años (2009-2012), Iranzo pensó que dando la cara en un programa televisivo ‘amigo’, conseguiría lavar una imagen perjudicada sin demasiadas ofensivas por parte de los tertulianos asistentes, pero no iba a acertar del todo el economista.
«Me gustaría poner de manifiesto en primer lugar que la única remuneración que podíamos obtener los miembros de la comisión de control era a través de las dietas de asistencia a esas reuniones y por incentivos como esa tarjeta».
Así arrancaba su discurso interrogado por un moderador muy moderado, Antonio Jiménez, antes de dar paso a los periodistas que tomaban parte del debate, como Isabel Durán (13TV), Jaime González (ABC), Alfonso Merlos o Antonio Martín Beaumont (El Semanal Digital), así como la exministra socialista con Zapatero, María Antonia Trujillo.
El momento esperado por buena parte de la ciudadanía lo iba a protagonizar el periodista Antonio Martín Beaumont, quien alzaría la voz y pondría los puntos sobre las íes en el caso de las tarjetas. Así arrancaba su intervención:
«Hombre Juan, qué quieres que te diga. Mira, tú estabas en una comisión de control de una caja de ahorros que le ha costado a los españoles 23.000 millones de euros… Deberíais devolver hasta el dinero que habéis cobrado legalmente porque desde luego vuestra función no la habéis hecho. Pretender decir que quienes se tienen que avergonzar son los medios de comunicación que han publicado la noticia, me parece de risa Juan, los que tenéis que avergonzaros sois vosotros. Ética y estéticamente no tiene recibo esto».
«Pero a parte de esto, Juan, tú eres un economista ilustre. Pretender venir aquí a decir que a ti te hacía Caja Madrid que de lo que habías ganado se perdían por el camino veintitantos mil euros al año, que si era una retribución en especie tenías que declararlo como salario, pues un economista como tú parece difícil de entender, cuando además estabais aprobando preferentes y desahuciando personas. No son los medios de comunicación los que se tienen que avergonzar, Juan, […] porque es que encima nos tomas por tontos».
Así terminó la primera acometida de Antonio Martín Beaumont a Juan Iranzo, ejerciendo con su labor de periodista de preguntar y cuestionar, pero no se iba a quedar ahí el director de ‘El Semanal Digital’, que volvería a la carga más adelante:
Beaumont: «¿Entregabas las facturas a la empresa? Porque la diferencia entre un gasto de representación y un incentivo es precisamente eso… Tenías que presentarlo en la declaración de la renta, Juan, y lo sabes perfectamente porque eres economista».
Juan Iranzo: «No te lo he negado, yo siempre pensé que estaba incluido ahí».
Beaumont: «¡Pero cómo vas a pensar que estaba incluido! ¿Qué español tiene un sueldo y luego le dan un incentivo en la empresa y piensa que la empresa ha incluido eso?»
Juan Iranzo: «Yo tengo dada la órden a mis asesor fiscal que declare hasta el último euro, y soy una persona que tiene varias actividades, que doy infinidad de conferencias y escribo artículos, etc».
Beaumont: «Algunos sobre ética y transparencia. Es tremendo, haciendo lo que estabais haciendo. Porque habéis dado un golpe al corazón del sistema irreparable, y yo espero que la respuesta del sistema sea proporcional. Os habéis llevado la ilusión de miles de personas a las que representabais, no tenéis derecho a hacer lo que habéis hecho».
«Eso, Juan, es que no se lo cree nadie», le espeteba el periodista Alfonso Merlos al propio Iranzo, preguntándole si se arrepentía de alguno de los gastos que había realizado con su tarjeta ‘black’ de Caja Madrid. «No me arrepiento de nada», señaló el economista.
Por su parte, la única intervención en la entrevista de la exministra de Vivienda con el gobierno de Zapatero, María Antonia Trujillo, llegó a rozar el ridículo con sus palabras hacia Juan Iranzo:
«Me quiero ir a la cama esta noche tranquila con la sensación de no hacer leña del árbol caído, y me gustaría decirte, Juan, que te agradezco que hayas tenido la valentía de venir a este programa donde eres un habitual, a dar explicaciones, a argumentarlo y a defenderlo. Y además te deseo mucha suerte en el futuro, porque con independencia del resultado fiscal o penal, desgraciadamente estás condenado ya por la opinión pública».
Por último, llegaría el definitivo embiste de Antonio Martín Beaumont, muy cabreado ante el discurso del invitado Juan Iranzo, que intentaba lavar su imagen ya dañada para siempre con el caso de las tarjetas de la vergüenza —‘Tar-jetas’: El economista Juan Iranzo, un fiel cliente de Women Secret y el pub Gayarre–:
«Juan, mientras te estabas gastando en lencería y en locales, estabais vendiendo preferentes, estabais estafando a los ancianos españoles, estabais deshauciando casas a personas que realmente estaban desesperadas… Que realmente no te arrepientas de nada, Juan… ¡Pide perdón, caramba! ¡Tienes la oportunidad de pedir perdón! ¡Si no es que nos vais a convertir a todos de Podemos. Mientras estabais generando este agujero, tú estabas tomando copas en un pub con la tarjeta de Caja Madrid».