No es casual que el periodista encargado de anunciar la ejecución de Sánchez Camacho y el nuevo nombramiento de Albiol fuera Francisco Marhuenda desde 'La Razón'
La federación catalana del Partido Popular ha sido la más agitada e inestable de todas las regionales. Ha sido la comunidad en la que han cosechado sus peores resultados (incluso en el País Vasco lograron durante una época ser segunda fuerza).
En todo el proceso también han contribuido determinados líderes mediáticos, muy influyentes a la hora de la elección de los líderes del PP catalán. Una labor en la que se han destacado figuras como Marhuenda, Jiménez Losantos o Pedrojota Ramírez.
LA LLEGADA DE LOS FERNÁNDEZ DÍAZ PARA PONER ORDEN
Cuando en 1989 se formó el Partido Popular de Cataluña heredado de Alianza Popular, ya tenía fama de ser una federación de ‘líderes perecederos’.
Manuel Fraga y Jorge Verstrynge -presidente y secretario general del partido respectivamente- optaron por Jorge Fernández Díaz, quien fuera el ‘Gobernador Civil de Barcelona’ más joven de la historia (en 1981 en el Gobierno de Calvo Sotelo), algo que levantó mucho recelo en los veteranos de AP viendo como un recién llegado ascendía a la cumbre.
Ya entonces se hablaba de ‘la gran familia Fernández Díaz’, no por ‘familia política’ sino por familia literal, que copaba distintos puestos de relevancia.
A nivel político, la estrategia de Fernández Díaz era intentar ser la bisagra que mantuviera a CiU en Cataluña, una estrategia bendecida por líderes mediáticos del momento como Luis María Anson, Mauricio Casals, Pedrojota Ramírez o Antonio Herrero, que veían en Pujol el modelo político que había que trasladar a Madrid.
VIDAL-QUADRAS: LOS PERIODISTAS COMO LANZAS
Francisco Marhuenda, Jiménez Losantos y Pedrojota Ramírez.
La llegada de José María Aznar al PP nacional abrió las puertas a un cambio en la sección catalana y entró en escena un profesor de física nuclear, Alejo Vidal-Quadras, al que Jorge Fernández había hecho ‘portavoz’.
Vidal-Quadras publicó artículos contra el nacionalismo catalán para diferenciarse de él y, con la bendición de Aznar, alcanzar la cima. Pero había otra bendición, la del columnista Federico Jiménez Losantos, que se convirtió en uno de los loadores oficiales del nuevo líder:
«…Alejo es de los pocos políticos recién nacidos que pueden dar mucho de sí si le dejan» [17-03-1992]. El liderazgo de Vidal Quadras está forjando un discurso vigorosamente españolista y liberal que, más tarde o más temprano, calará en los electores» [6-03-1993]. Alejo Vidal-Quadras es probablemente el único político de la Cataluña actual que merece el nombre de intelectual [30-10-1993]«.
Según el ‘Avuí’ del 10-07-1994, Jiménez Losantos ejercía de asesor de Vidal-Quadras recomendándole la estrategia de llamar ‘nazis’ a los nacionalistas.
Xavier García Albiol, nuevo candidato del PP en Cataluña.
No lo veía igual Francisco Marhuenda, que desde ABC Cataluña señalaba a Vidal-Quadras acusándole de hacer el ridículo, de traidor y de ser el líder menos valorado del todos los posibles en el PP catalán [ABC en su edición catalana, a 6-09-1992].
El propio Vidal-Quadras llevó aquellos artículos al Comité de Conflictos del PP señalando abiertamente a Jorge Fernández Díaz como el inspirador de los textos.
Aznar acabaría optando por una extraña solución salomónica y en las listas del PP de 1995 obligaría a Vidal-Quadras a contar con Marhuenda de ‘número 3′ de la lista. Al tiempo que el actual dueño de Intereconomía, Julio Ariza, fiel vidalquadrista, iba de ‘número 7’.
VIDAL-QUADRAS DERRIBADO, VUELVEN LOS FERNÁNDEZ DÍAZ
Los resultados electorales de la Cataluña de 1995 dieron el resultado esperado en su día por los Fernández Díaz: Pujol perdió la mayoría absoluta en Cataluña.
Faltaba derribar a Vidal-Quadras y en esta operación, Fernández Díaz y Marhuenda contaron con un apoyo mediático de primera magnitud: Pedrojota Ramírez.
No tuvo problemas el actual director de ‘El Español’ en publicar entonces artículos y editoriales poniendo a caldo a Vidal-Quadras como un radical anticatalán que criticaba a Pujol.
Resultado: Vidal-Quadras fue mandado a Estrasburgo como eurodiputado en 1999 y su fiel Ariza se pasaba al campo de los medios de comunicación.
El nuevo presidente del PP catalán sería Alberto Fernández Díaz (hermano de Jorge) que prestaría su apoyo parlamentario a Pujol desde el Parlament.
JOSEP PIQUÉ Y LA REVANCHA DE JIMÉNEZ LOSANTOS
Un Aznar radiante por su mayoría absoluta en España se lanzó a la apuesta del excomunista reciclado en economista liberal, Josep Piqué, presentado por Pedrojota o ABC como la encarnación del centrismo puro.
Su objetivo era conseguir no ser sólo una bisagra de CiU, sino un socio de gobierno con reparto de consejerías.
«Los catalanes están hartos de que CiU gobierno sólo», decía Piqué. Pero Federico Jiménez Losantos se había ido haciendo fuerte en su pedestal de la COPE donde no se cansó de presentar a Piqué como un pelele en manos del nacionalismo catalán: «Es incapaz», «criptonacionalista». Una vez caído Aznar, Pedrojota cambió de bando y se unió a las tesis de Losantos.
En 2006 se produjo lo que peor podía sentar a Génova: votantes catalanes pro-españoles daban la espalda al PP y votaban al nuevo partido Ciutadans de Albert Rivera. «¡Con Pedrojota y Losantos haciendo campaña en nuestra contra era difícil!», gritaron en la sede del PP catalán aquella noche electoral. Piqué estaba sentenciado.
DANIEL SIRERA, EN LOS BRAZOS DE LIBERTAD DIGITAL
Cuando Daniel Sirera reemplazó a Piqué, trató inmediatamente de lograr la bendición de Losantos, coqueteando en entrevistas y acudiendo a las presentaciones de sus libros.
En aquel momento parecía clara una sinergia entre Libertad Digital y Génova 13, y Rajoy bendecía la estrategia de Sirera. El problema es que esa sintonía se iba acabar tras las elecciones generales de 2008 y los enemigos no iban a tardar en mover ficha… ¿A través de quién? De Francisco Marhuenda.
En la misma noche electoral, el diario ‘La Razón’ pedía la cabeza de Sirera. Una vez más la sombra de los Fernández Díaz se proyectaba a la espera de un tercer retorno con Alberto. «Este partido es una mierda», escribió Sirera en un SMS interceptado que se hizo célebre.
ALICIA SÁNCHEZ CAMACHO, ARROLLADA POR LA CONSULTA
Cuando todo estaba preparado para el combate entre los Fernández Díaz y Sirera, Rajoy designó a Alicia Sánchez Camacho como candidata de consenso (consenso impuesto, claro).
Despreciada desde el primer minuto por Libertad Digital y El Mundo, entonces en campaña anti-Rajoy, Sánchez Camacho trató de lograr el apoyo de ‘La Razón’ y la Intereconomía de Ariza de la que se hizo tertuliana fija.
En 2010 Sánchez Camacho logró los mejores resultados de la historia del PP catalán: 18 diputados (superando la barrera psicológica de los 17 de Vidal-Quadras en 1995). Los populares volvían tener a CiU en sus manos y a regañadientes tuvieron que aceptar el apoyo de éstos para sacar adelante sus presupuestos.
Pero fue del cielo al infierno: Artur Mas optó por poner en marcha su plan separatista trastocando definitivamente a Sánchez Camacho, que tuvo que dar un giro a su estilo para pasar a convertir en enemigo irreconciliable al mismo partido al que había intentado sostener en el poder poco antes. Sin apoyos mediáticos y con el llamado ‘incidente de la Camarga’, estaba acabada.
¿Y AHORA, QUÉ?
Xavier García Albiol, crucificado por la prensa de Madrid en 2010 por supuestas declaraciones xenófobas —laSexta encabeza la campaña contra Albiol y ‘corta’ unas declaraciones para tildarle de xenófobo–, ha intentado desde entonces cultivar una imagen dialogante y moderada en tertulias y buscar amistades mediáticas, primero desde ‘Catalunya Opina’, el programa de ‘Canal Catalá’ presentado por Carlos Fuentes, y luego desde 13TV.
En este contexto no parece casual que el periodista encargado de anunciar la ‘ejecución’ de Sánchez Camacho y el nuevo nombramiento de Albiol fuera Francisco Marhuenda desde ‘La Razón’.
Pero no hay que olvidar que Albiol no será presidente del PP catalán, sólo es ‘candidato’ (algo que hasta ahora no se había dado). Un buen resultado le daría la presidencia de la federación, pero uno malo abriría las puertas a una nueva desestabilización en la que más de uno mirará de reojo al ministro Fernández Díaz.