No le tenemos especial manía a TVE y no es que vayamos con las uñas afiladas ante cada uno de sus estrenos. Pero lo cierto es que la cadena pública no levanta cabeza y mira que lo intentan. El 3 de septiembre de 2015 se estrenó en eel FesTVal de Vitoria 2015 ‘Olmos y Robles,’ un quiero y no puedo ser ‘Los misterios de Laura’. Una comedia que sólo hace reír dos veces (y no es una frase hecha). Una especie de ‘Chiringuito de Pepe’ versión policiaca que nos deja claro que a Rubén Cortada, el guapito de ‘El Príncipe’, le urge dar clases de vocalización (y de interpretación, por supuesto). Ser guapo en TV no es suficiente.
Rubén Cortada es fenómeno fan en estado de locura colectiva. El cubano al que conocimos hace tres años en ‘El tiempo entre costuras’ (donde, por cierto, le doblaron), y que se convirtió en estrella gracias a ‘El Príncipe’ (T5), ha sido la gran sensación del FesTVal de este año. La gente se ha rendido a sus pies de una manera febril y exagerada. ¿Por qué? Porque es guapo y ha tenido la suerte de ser fichado por una serie de éxito. Seguimos viviendo en el país en el que vale más un rostro que el talento.
Y es que resulta curioso que tanta gente estuviese pendiente de hacerse una foto en los aledaños del FesTVal con su ídolo tras ver el primer capítulo de ‘Olmos y Robles’. En un mundo justo y coherente, el público hubiese pasado del actor o le hubiese abroncado tras ver cómo se defiende en una de las peores actuaciones televisivas que se recuerdan. Pero, repetimos, en esta profesión, el trabajo ya no importa mucho.
Cortada es lo peor de ‘Olmos y Robles’, pero no lo único malo. La serie ha querido recuperar para la pública el tono de ‘Los Misterios de Laura’ mientras que nos preguntamos por qué TVE decidió deshacerse de aquella maravilla protagonizada por María Pujalte.
La mezcla de policiaco y comedia no es una novedad, así como tampoco lo es la idea del pez fuera del agua o de la pareja de compañeros dispares (el tonto y el listo, el guapo y el feo, el bueno y el malo…). Se nota que los creadores de ‘Olmos y Robles’ (la productora 100 balas) son los mismos que hacen ‘El Chiringuito de Pepe’ (T5) y aunque esta última ya es insustancial, aún así, le da mil patadas a la de TVE.
‘Olmos y Robles’ está hecha para que las niñas griten en su casa cada vez que Cortada pone morritos vestido de traje y con el pelo engominado y para que Pepe Viyuela se luzca ante tanto despropósito. Y es que, el ex de ‘Aída’ es, sin duda, lo mejor de la función. Un actor fuera de serie que defiende como nadie unos chistes al nivel de los de ‘Gym Tony’ (perdón, no quería llegar al insulto pero no me ha quedado más remedio).
¿De qué va ‘Olmos y Robles’? De un agente de la Interpol (Cortada) que es muy chulo, muy serio y muy estiloso, que buscando a un asesino en serie internacional cae en un pueblo de La Rioja y se topa con el bufón de la corte, un guardia civil bonachón y torpe (Viyuela) que verá en el caso la oportunidad de su vida. A partir de ahí, lo de siempre: malos entendidos, giros de guion incomprensibles y un final a lo ‘condenados a entenderse’ que está cogido con pinzas.
Y por supuesto, alrededor de la pareja protagonista hay un mundo de secundarios resultones (a destacar Ana Morgade, Álex O’Dogherty y la maravillosa Asunción Balaguer) que hacen lo que pueden con un texto infantil y poco elaborado.
Cierto es que ‘Olmos y Robles’ está bien hecha. Hay escenas de acción elaboradas con esmero y un par de puntos de humor verdaderamente desternillantes (esos pueblerinos peinando el pueblo en busca de pruebas…) Pero hasta ahí. No se le puede pedir más a un producto que, aunque parte de una premisa amable, no aprovecha sus puntos fuertes y está muy lejos de lo que se hace últimamente en televisión.