El líder de Podemos sigue a rajatabla el consejo pantojiano de sus asesores de campaña: "Dientes, dientes, eso es lo que les jode"
¿Se han fijado? En sus últimas apariciones televisivas, cada vez que Pablo Iglesias termina de responder a un pregunta se queda con un sonrisa ‘colgate’ dibujada en la boca. Lo vimos en sus entrevistas con María Teresa Campos en ‘Qué Tiempo Tan Feliz’ (Telecinco) y ‘El Objetivo’ de Ana Pastor en laSexta. —Iglesias le miente como un bellaco a María Teresa Campos: «No es verdad que hayamos apoyado al régimen chavista»—
El líder de Podemos sigue a rajatabla el consejo pantojiano de sus asesores de campaña: «Dientes, dientes, eso es lo que les jode». Y motivos para sonreír tenía porque en ninguna de las dos cadenas pasó agobios.
Iglesias ha aprendido a sonreír en busca de empatía a cambio de votos pero su discurso sigue con el gesto torcido de siempre: los ricos siguen sin provocarle ninguna gracia y promete desplumarlos a impuestos y repartir el botín entre los más desfavorecidos. Como si los ricos no fueran a huir despavoridos una vez que ponga un pie en la Moncloa. El dinero es muy miedoso.
Es cierto que ahora se vende como un lobo con piel socialdemócrata, tomándonos el pelo con elogios a la Constitución y la Transición, sus dos bestias negras del pasado.
Pero eso no es ningún problema para Podemos porque Iglesias puede pasearse por los platós sin que ningún periodista se lo recuerde. –-Pablo Iglesias abandona el marxismo en el Ritz: ¿lobo con piel de socialdemócrata?—
En el plano económico sigue prometiendo unicornios y fantasías que le dejan con cara de Alexis Tsipras. «Con un salario mínimo de 750 euros la gente irá a los bares y consumirá más», afirma ante una María Teresa Campos extasiada. Si fuera tan fácil ya lo habrían hecho otros.
Cuando le pregunta Ana Pastor si aprendió alguna lección de la bajada de pantalones de Syriza, Iglesias no se da por aludido en absoluto. Es más, nos abre los ojos sobre algo que solo él ha visto: ¡el referéndum griego fue a favor de que Tsipras siga! «Los cambios tienen que ir más despacio y en Podemos quizá fuimos demasiado rápido». Y acto seguido sonríe, como si le causara gracia la trola que acaba de soltar con toda la cara.
La sonrisa se le borra cuando le preguntan sobre Venezuela. «No es verdad que hayamos apoyado al chavismo», le dice a la Campos y la pobrecita parece creérselo. Y Ana Pastor le pregunta si hay que venderles armas a los chavistas y la respuesta es de aurora boreal: «Si Zapatero y demás observadores internacionales nos dicen que allí no hay una democracia, pues no habrá que comerciar con ellos».
¿No es suficiente que los sicarios bolivarianos hayan acribillado a balazos un opositor para que Iglesias y su partido se atrevan a criticar al régimen de Maduro? ¿Es necesario que venga el inane Zapatero a informarles que las amenazas de muerte a la mujer de López, Lilian Tintori, son ciertas?
Como recuerda Marina Corina Machado en ABC, «el narcoescándalo se ha sumado al terrorismo de Estado» en Venezuela. Pero en las televisiones españolas parece existir un pacto de silencio para que al partido patrocinado por Irán y Chávez no le hagan preguntas incómodas. —Vídeo con las agresiones a Tintori—
No hubo tiempo para esas dos preguntas ni para hablar de los líos de Monedero con Hacienda pero sí para cantar nanas y flamencos.