Tuvo que ser Antonio García Ferreras el que le dijera a un podemita de alto mando en directo en televisión que el abrazo con Izquierda Unida, además de garantizarles mejores resultados en las encuestas electorales, también incide en la fractura de Íñigo Errejón con Pablo Iglesias —Pablo Iglesias margina a Errejón tras el acuerdo con IU y ni le dirige la palabra tras la fulminación de Pascual–.
Y sabrá de lo que habla el director de laSexta, que es el mismo que fue pillado compartiendo mantel antes de las elecciones del 20-D con los dos máximos mandatarios podemitas… —¿Qué se traen entre manos Ferreras y la cúpula podemita?–.
Al que le tocó la papeleta de aguantar los reproches de Ferreras fue al nuevo secretario de organización, Pablo Echenique, que habitualmente sale victorioso de las capeas televisivas. Pero al podemita no le saldría gratis esta vez la intervención, y tuvo que poner su mejor cara de póker cuando Ferreras le cantó las verdades a la cara:
Ferreras: Pero señor Echenique, también reconózcame que hay una cierta preocupación, hay sectores de Podemos, los sectores cercanos a Íñigo Errejón, que la idea de llevar a Anguita cerrando una lista les preocupa, o llevar a Cañamero encabezando Jaén; dicen que es perder transversalidad y radicalidad. En Podemos hay discrepancias, no todo el mundo está encantado con esta alianza tan efusiva con Julio Anguita… ¡Errejón no lo está!
Echenique: Bueno, por lo que a mí me ha comentado Íñigo, no sé si a ti te ha comentado algo distinto, está encantado con este acuerdo. De hecho el 98% de las bases de Podemos han votado a favor.
El llamado ‘pacto de los botellines’ entre Pablo Iglesias y Alberto Garzón, apenas unas semanas después, ha ido más allá con la idea finalmente no realizada de que Julio Anguita cerrarse una lista y con el abrazo público entre las ideas de la Izquierda Unida más trasnochada y el Podemos que tanto se vanagloria del cambio. El resultado final es, según cuenta Ferreras, la reapertura de las heridas en la cúpula de la ejecutiva — Íñigo Errejón rompe su silencio: tibia defensa de Sergio Pascual y sumisión cobarde a Iglesias–:
Además que Julio Anguita cambio, cambio, tampoco es…