El economista acabó harto de las impertinencias del político socialista

Tertulianos de ‘El Cascabel’ evitan una pelea tabernaria entre Daniel Lacalle y Juan Segovia

Al final cada uno salió en un coche diferente y que así la cosa no fuese a mayores en los exteriores del estudio

El rifirrafe dialéctico en ‘El Cascabel’ (13TV) entre el economista Daniel Lacalle y el socialista Juan Segovia estuvo a un paso de acabar en una pelea tabernaria de no ser por otros compañeros de tertulia que evitaron que aquello acabase como las broncas del lejano Oeste.

El dato lo aporta esDiario y además de una fuente tan directa como su máximo responsable, Antonio Martín Beaumont, presente en la tertulia del 15 de septiembre de 2016 y que vivió con completo desagrado como Segovia torpedeó el discurso del economista Lacalle.

Este 17 de septiembre de 2016 cuenta en su digital cómo varios tertulianos y gente del programa tuvieron que actuar para que el economista y el diputado socialista en la Asamblea de Madrid no se enzarzaran en un intercambio de golpes:

Tremenda enganchada la que protagonizaron este jueves el economista Daniel Lacalle y el político socialista Juan Segovia en el plató de El Cascabel de 13TV. No es la primera vez que el tertuliano del PSOE se engancha duramente con alguien en el programa de Antonio Jiménez, pero esta vez la cosa pudo ir a mayores.

Y añade que:

Tal era la tensión que se acumuló, no sólo en directo, sino también en los intermedios para la publicidad que, una vez finalizado el programa y ya fuera de cámara, la tensión subió hasta tal punto que Lacalle y Segovia estuvieron a punto de llegar a las manos. Separados in extremis por algunos compañeros de tertulia, ambos fueron conducidos a coches diferentes para abandonar los estudios y calmar las aguas.

ASÍ SE FUE CALDEANDO EL AMBIENTE

La pelea abortada se fue gestando en el turno de preguntas de Juan Segovia que, con un tono altivo, ácido e impertinente, intentó sacar de sus casillas a un Daniel Lacalle que se mantuvo siempre en la línea de ofrecer respuestas inteligentes con un toque de sarcasmo –El baño de Daniel Lacalle al impertinente Juan Segovia: «Infórmate y compra alguno de mis seis libros»-.

El del PSOE, con un tono muy irónico, arrancaba así su turno de preguntas:

Usted, señor Lacalle, es un declarado liberal, contrario a que el Estado tenga demasiado peso, contrario a que haya un exceso de sueldos públicos. Ahora usted cruza la barrera y pasa a ser una persona que pasa a cobrar dinero público. Me gustaría saber cuánto, esa es mi primera pregunta.

Lacalle respondía:

Yo todavía no tengo contrato. Ha salido en algún medio de comunicación que percibiré 50.000 euros, pues.

Segovia aprovechaba para meter la primera ‘cuña’:

50.000 euros de dinero público.

El economista le sacaba de su error.

No es de dinero público, es una colaboración público-privada, pero no es dinero público.

El diputado autonómico del PSOE seguía erre que erre:

Pero, en cualquier caso, ¿está sujeto o no a objetivos?

Lacalle le seguía aclarando:

Está sujeto a un control doble porque es una colaboración público-privada entre la Comunidad de Madrid y la Cámara de Comercio de Madrid y sigue los baremos de control de ambas instituciones.

Segovia no se quedaba conforme:

¿Y usted cobrará más o menos en función de los objetivos?

El experto económico volvía a explicarle:

Es independiente. Yo no sé si alguno de ustedes tiene el objetivo de no ganar, pero yo vengo aquí a ganar. La pregunta de si un liberal puede cobrar dinero público me parece como poco hilarante.

Y el del PSOE seguía dando vueltas sobre lo mismo:

Son muchos quienes se pasan la vida criticando el excesivo peso del Estado, las mamandurrias y los puestos dados a dedo, pero sistemáticamente acaban en uno…

Carlos Cuesta terciaba y decía con sorna:

Es que no lo has entendido, Daniel. Es que son puestos que en esta regeneración política deben quedar reservados a políticos. Es que no lo has pillado, Daniel.

Lacalle soltaba una ingeniosa respuesta:

Es que creo que andaban buscando a un politólogo comunista que no hablase inglés, pero ya estaban todos colocados.

Segovia, erre que erre:

Sí, sí, esto es muy habitual, criticar la mamandurria, pero acabar teniendo un carguito público.

El economista le replicaba:

Me parece una demagogia hilarante que digas eso cuando tu propio partido tiene contratados a teleoperadores, gente sin carrera en el Ayuntamiento de Madrid. Yo pensaba que me leías, pero ya veo que no. Por lo menos cómpramé, te compras cualquiera de mis seis libros. Lo primero que hay que hacer es informarse y tener un poco de rigor. Lo que yo he defendido toda mi vida no es criticar lo público, sino defender la sostenibilidad de lo público para que sea eficiente.

El del PSOE, cada vez más impertinente, deslizaba que:

A base de grandes recortes, ¿verdad? Y criticar a los enchufados. Aquí todo el mundo es enchufado hasta que le toca a uno, entonces a eso ya lo llaman meritocracia.

Lacalle trataba de hacerle entrar en razón a Segovia:

Si tú defiendes la meritocracia, defenderás un concurso en el que se invitan a una serie de personas por sus méritos.

Cristina López Schlichting, viendo la deriva del político socialista, afirmó que:

A mí esta intervención me produce sonrojo y bochorno.

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Autor

Juan Velarde

Delegado de la filial de Periodista Digital en el Archipiélago, Canarias8. Actualmente es redactor en Madrid en Periodista Digital.

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