La rebelión en la granja de Ferraz 70, sede del PSOE en la capital de España, está dando juego a las tertulias políticas de radios y televisiones y si encima en una de ellas está todo un histórico como el exministro del Interior José Luis Corcuera, la atención es máxima.
La noche del 28 de septiembre de 2016, ‘El Cascabel’ (13TV) tuvo al extitular de la cartera de Interior en tiempos de Felipe González y, desde luego, no defraudó a los fieles dejando a Pedro Sánchez a la altura de la suela del zapato por su empecinamiento en seguir aferrado a su poltrona en el PSOE y por poner una serie de condiciones a aquellos que quisieran presentarse en unas primarias para arrebatarle la secretaría general.
Corcuera era claro a la hora de opinar sobre el conejo que se sacaba de la chistera Sánchez para permanecer más tiempo en el cargo:
Hacer trampas no vale. Por eso, hay que dar la palabra como es debido. Porque es curioso que el lunes (26 de septiembre de 2016) dice el que era secretario general del PSOE que convoco unas primarias en tres semanas. ¡Anda, las convoca desde el poder! Los que quieran presentarse contra él tienen que pedir los avales, tienen que viajar por todo el país y en tres semanas. ¡Joerrr, eso lo hacía Batista! Es que tiene tela
Y seguía con la paliza dialéctica:
Entonces, como le dicen que no, el tío va y se enfada. Pues le dicen que no, porque le tienen que decir que no. Y de segundo les dice que tienen que ir con un programa. ¿Pero quién es él para decir cuál es el programa del PSOE? El programa de los socialistas se hace en un congreso. Si es que hemos hecho las cosas al revés. Por eso hay tantos militantes que tienen años que se han apartado del partido, decenas de miles, y otros que no militan en las agrupaciones.
Corcuera se hacía la pregunta del millón:
Oiga usted, si el congreso es el que define la política del PSOE, habrá que hacer antes el Congreso que elegir al secretario general, digo yo. Y la culpa de todo eso no la tienen unas editoriales, esos que nos pedían transparencia, primarias, sino estos que no decían eso.
Y recordaba cómo se gestó la rebelión en Madrid, cuando Sánchez, ‘manu militari’, derrocó a Tomás Gómez porque entendía que era un pésimo candidato:
¡Fíjate tú qué candidato era el que decidió quitar a Tomás Gómez! ¡Era cojonudo, 90 diputados y cuarto por Madrid! Los madrileños tenían que haberle dicho a Sánchez: «Después de esos resultados, el que tienes que marcharte eres tú y si no te echo».
