a televisión pública perdió más de un tercio de su audiencia en el mandato de Mariano Rajoy, cuya cuota está en niveles "críticos"
Todos los dirigentes políticos (incluido Rajoy) ponen a la británica BBC como ejemplo a seguir para RTVE. Pero cuando se les pide que nombren un solo programa o serie de la cadena pública británica se quedan en blanco incapaces de dar un solo ejemplo. En eso se resume el balance anual de la corporación de TVE: nos gustaria ser como la BBC pero no tenemos ni puñetera idea de lo que es aquello.
La elección en octubre de 2014 de José Antonio Sánchez (Huelva, 1953) tenía como objetivo que el PP de Rajoy reconquistara los mandos de una televisión que el sorayo Leopoldo González Echenique habia perdido en manos de los sindicatos de ultraizquierda. A solo un año de las elecciones de 2015, el PP se asomaba al abismo mediático con una televisión pública que apestaba a Podemos.
Su currículum como periodista ‘de derechas de toda la vida’ –supo hacerse un nombre desde los tiempos de AP en que hacía crónica parlamentaria para el ABC de Luis María Anson,– y su pasado como presidente de TVE en la segunda legislatura de José María Aznar parando los golpes de la crisis del Prestige, la guerra de Irak y el 11-M eran toda una garantía.
Como escudero, Periodista Digital informaba en exclusiva del nombramiento de José Antonio Álvarez Gundín, un peso pesado de La Razón que asumía la dirección de Informativos de TVE, en sustitución de Julio Somoano, un fichaje que a Carmen Martínez Castro le había salido rana. Para eso no dudó en contratar por fuera a 11 redactores afines para conrformar su guardia de corps. —EXCLUSIVA PD / José Antonio Gundín (La Razón), la apuesta para nuevo director de Informativos de RTVE—
DESASTRE DE AUDIENCIA
Pero los números son implacables. A menos de un año de haber asumido a Gundín ya se le cuestionaba por el «batacazo» de audiencia en la noche de las elecciones andaluzas de 2015 y el preocupante hundimiento del Telediario 2. Una dolorosa factura sobre la figura del dirección de informativos, cuyas decisiones se han topado con el rechazo frontal de la audiencia y de Torrespaña.
En la noche electoral andaluza, La 1 (4,9%) fue vapuleada en audiencia por laSexta (12,1%). Así, Gundín lograba el éxito sin precedentes de ser el primer director de Informativos de TVE al superado por una cadena privada en una cobertura electoral.
«Es cierto que Álvarez Gundín heredó de Julio Somoano unos informativos a la baja que habían perdido 4,5 puntos de audiencia en tan sólo tres años. Pero, lejos de mejorar esta situación, el exsubdirector de opinión del diario La Razón la ha extendido, e incluso la ha agravado en el caso del Telediario 2», apuntaba VozPópuli.
Viendo que el barco se hundía utilizó el mismo truco de Somoano de meter el programa del tiempo dentro del Telediario para sumar sus espectadores y así mejorar el dato global. Ni con esas. La televisión pública perdió más de un tercio de su audiencia en el mandato de Mariano Rajoy, cuya cuota está en niveles «críticos», según la SEPI.
«Se le ve poco por aquí y mucho en Moncloa», dicen en los pasillos de la cadena de la poca capacidad de Gundín a los mandos de un trasatlántico informativo como los telediarios de TVE. Para colmo, sus apuestas informativas de la temporada de colocar a Víctor Arribas en ‘La noche del 24 horas’ y a Sergio Martín en ‘Los Desayunos de la 1’ tampoco han resultado.
TRATO EXQUISITO A PODEMOS Y LOAS A FIDEL CASTRO
Quizá por lo que más se recuerde a la TVE de Gundín y Sánchez sea por su trato exquisito a Podemos y el homenaje baboso a un dictador como Fidel Castro. De los masajes a Podemos da cuenta el vídeo que abre esta nota.
Colocando a su gente pero sin asumir responsabilidades, ha permitido no sólo que la «basura ideológica» siga instalada en el ente, sino que además ésta se haya descompuesto aún mucho más. —Surrealismo populista en TVE: «¿Me puedo llevar la taza? Es un regalo, no una expropiación ni una nacionalización»–.
Tanto Hermann Tertsch como Federico Jiménez Losantos le zurraron la badana a los redactores de TVE por haber hecho de los funerales de Fidel Castro poco menos que un panegírico y un lavado de imagen a la sanguinaria dictadura cubana —Jiménez Losantos: «Ni en Granma ni en la TV oficial castrista puede verse un espectáculo de sumisión como en RTVE»–.
.@javiermartingo2 Televisión Española es basura ideológica que Zp inundó de sectarios tras el ERE.Pero Rajoy ha conseguido que sea aún peor.
— Hermann Tertsch (@hermanntertsch) 4 de diciembre de 2016
En TVE llaman nazi al vicepresidente del parlamento austriaco Hofer, pero líder a Castro y gente de paz a Otegi, Maduro y Timochenko.
— Hermann Tertsch (@hermanntertsch) 4 de diciembre de 2016
.@AscherPaul No hay peor y más vil populismo que la mentira, el populismo de los medios y políticos que tachan de nazis a quienes no lo son.
— Hermann Tertsch (@hermanntertsch) 4 de diciembre de 2016
La Radio Nacional de España, radio pública ahora con un gobierno del Partido Popular, hace apología de la dictadura y el crimen sin parar. https://t.co/Q2d8Rjyhr1
— Hermann Tertsch (@hermanntertsch) 3 de diciembre de 2016
BAJA AUDIENCIA Y SUMIDA EN LA IRRELEVANCIA DIGITAL
La mala gestión de la televisión pública no solo ahuyenta a los espectadores sino que ha llevado a TVE a la irrelevancia digital.
Un informe de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI) publicado en agosto de 2016 por El País, el grupo público que mantiene el 98% de la propiedad, advierte ahora sobre la situación crítica de la televisión pública.
El análisis de la SEPI puede resumirse en dos carencias que pueden llevar al colapso a la televisión: una mala posición competitiva respecto a los grupos privados (Mediaset, A3TV) y una capacidad en entredicho para afrontar la renovación estratégica e industrial que sitúe a la televisión española en el mercado digital.
Tras el regalo de Zapatero de quitar la publicidad de TVE para entregársela en un bandeja a Paolo Vasile y compañía –una piñata publicitaria de 500 millones de euros– el balance de la TVE de Rajoy es una cadena pública en manos de los sindicatos de ultraizquierda, cayendo en picado en audiencia y dando trato de ministro a Pablo Iglesias y su tropa. Todo al módico precio de 40 euros por españolito al año.