Está claro que la fauna que se reúne diariamente en ‘Sálvame’ no será jamás en la vida candidata a un premio Nobel, pero que sus asuntillos de ‘chichinabo’ interesan a la audiencia.
Y como si aquello fuese un circo romano, los participantes en la tertulia saben que están bajo el ojo del ‘gran hermano’. Cualquier cosa que pueda interesar de su vida privada no es pasada por alto, pero también se racionaliza su difusión para engordar la bola de nieve del morbo.
Así se entienden ahora las declaraciones de David Valldeperas, director del cortijo vespertino de Telecinco que, el 6 de agosto de 2017, en ‘Mad in Spain’, dijo tener informaciones comprometidas de los colaboradores y famosillos de medio pelo:
En ‘Sálvame’ tenemos un cajón oscuro.