Jesús tiene un tatuaje de un cristo en un costado de su cuerpo. A María los tatuajes no le disgustan, pero sí la confidencia del cordobés sobre su afecto por la festividad de Semana Santa porque ella odia las procesiones de
«pasear figuritas por la calle y la gente pegando codazos», según recoge Cuatro.
La cita no gana para desacuerdos y disgustos para ambos. Jesús se ha puesto serio con el tema y la cara de María ha sido un poema. (Ver vídeo)