Alberto, un malagueño de 18 años y con su pelo color chicle, se define como un «casi estudiante» con tres aficiones: comer, dormir y quejarse. Estereotipo de millenial, el malagueño se sentó a cenar con Pablo, de su misma ciudad pero seis años mayor que él, una ciudad que puede suponer una diferencia insalvable. Aunque cordial y distendida, no acabó de verse la chispa del amor.
En algunos puntos sí que coincidieron, uno de ellos fue su pasión por el reggaeton que, en palabras de Alberto, «une gentes, culturas, religiones…Es un fenómeno universal». Tanto no debe de unir la música latina, porque ni el uno ni el otro quisieron volver a verse, aunque el del pelo chicle tuvo la deferencia de usar la manida coletilla de «tendría una segunda cita, pero como amigos».
Mónica y Pascual fueron otra de las parejas de la noche. Tuvo buen ojo el equipo de First Dates a la hora de sentar a cenar juntos a esta pareja de apasionados de las motos. El mundo motero es muy peculiar, con sus códigos y sus costumbres muy arraigadas, que tanto Mónica como Pascual comparten. Ella malagueña y él de Almería, la distancia no supone un obstáculo para los fanáticos de las dos ruedas.
Fuenet: ABC/Leer más
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