«Como ustedes saben hice un gesto que yo creo que se esperaba de mí como alcaldesa de Barcelona, transmitir un malestar con la recepción oficial del besamanos, que es una cosa anticuada que se podría renovar, y aquí, no por la cuestión independentista, creo que hay un malestar objetivo».
La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, tiene tan poca vergüenza que es capaz de manifestar en televisión que ella sabe lo que opinan y sienten todos los barceloneses. Hay que recordarle a la podemita en este punto que solo representa con fidelidad al voto a un 25% de sus vecinos, mientras que el independentismo, lo más cercano a su nueva postura radical, le sumaría un 40% en cifras de 2015.
Y como se debe pensar Ada Colau que en España somos todos imbéciles, nos cuenta que en Cataluña hay malestar por la condena al rapero Valtonyc por enaltecer el terrorismo. Hay que ser cínica y no tener ni un ápice de vergüenza:
Y no solo por lo que pasa en Cataluña; el tema de la condena a un rapero por injurias al Rey entre otras cosas, la retirada de una obra en ARCO, y otras noticias que vulneran cosas tan fundamentales como es la libertad de expresión. En ese contexto lo que se esperaba de mí es que en ejercicio de mis responsabilidades institucionales trasladara ese malestar.
Antonio García Ferreras quedó sorprendentemente anestesiado ante el plomizo discurso de la alcaldesa, y apenas le reprendió que debía entender también la posición de Felipe VI, muy en la línea de su máximo competidor. Colau se pavonea en televisión de su feo gesto al Rey y Javier Ruiz es incapaz de reprocharle la ofensa.
Tremendo zurriagazo a las chorradas de Arsenio Escolar y Elisa Beni defendiendo la afrenta de Colau al Rey.