Nuevo intento de encerrona en TV3 para regocijo de la causa independentista la noche del 17 de marzo de 2018. El problema es que esta vez la ‘indepe’ Laura Rosel quiso tomarle el pelo al exministro de Exteriores, José Manuel García Margallo y éste, con más conchas que un galápago, dejó su estrategia totalmente derrumbada.
En un momento del cara a cara que estaban teniendo Margallo y el separatista Ernst Maragall, la presentadora de ‘Preguntes Freqüents’ quiso sacar a relucir la amistad que el exministro tiene con el preso Oriol Junqueras y se había ido a visitarle a la cárcel de Estremera.
Usted se ha referido a Junqueras como su amigo, ¿ha ido a verle a la prisión?
Margallo, avispado como él solo, respondía:
No, mire usted…
La presentadora insistía:
Pero ustedes tienen una relación de amistad.
El ex titular de Exteriores replicaba:
Sí, coincidí con él en el Parlamento Europeo y salvo cuando hablábamos de estas cosas, estábamos en casi todo de acuerdo. Pero cuando hablábamos de estas cosas del separatismo nos transformábamos los dos casi en Gremmlins y allí no había manera de ponerse de acuerdo, pero sí que le tengo un cariño especial y siento lo que le ha ocurrido.
La de TV3 seguía con su matraca:
Pero no le ha visitado en la prisión.
Y Margallo le aclaraba algo esencial:
No, créame que a Oriol, a Romeva, a lo largo de estos años en los que yo estaba en Exteriores estaba viendo lo que estaba pasando y les estaba advirtiendo que a partir de 2014 que hay una resolución de la asamblea general no tendrían nada que hacer con el derecho unilateral, que estaban yendo hacia un callejón sin salida, no os metáis en esos temas.
Rosell le interrumpía:
No me está contestando, pero se pondría un lazo amarillo por él.
Margallo, con mucha retranca, le sentenciaba:
Déjeme pensarlo, ¿que quiere que le conteste?
La presentadora respondía:
La verdad, ¿usted se pondría un lazo amarillo para demandar su salida de la cárcel?
Y el exministro era claro y contundente:
No, eso corresponde a los jueces. Interferir en la labor judicial no hace bueno a un Estado de Derecho.