«John, es un placer hablar siempre contigo», le repetía Susanna Griso. Claro, porque la presentadora no le rebatió ni una sola de sus fanáticas bobadas contra España y el Gobierno del PP, mientras Carlin defendía el golpismo independentista y la inocencia de sus impulsores, arrogándose además saber qué es lo que se piensa de este país en el resto de Europa.
Este 2 de abril de 2018 ‘Espejo Público’ le dio altavoz al sectario columnista, el amigo de Otegi y de las FARC, siempre exaltado en contra del Gobierno español, y lo hizo precisamente por haber escrito un artículo en esa vomitiva línea en La Vanguardia (que por otra parte pareciera estar al dictado de su exjefe Cebrián, con similares ideas en su editorial de 2 de abril de 2018 en El País).
Los comentarios del periodista inglés en Antena3 de buena mañana en lunes de Pascua eran para tomárselos con humor:
Fuera de España la gente ve la desproporción entre lo que ha ocurrido y los castigos que se pretenden imponer. [… ] En general el movimiento independentista catalán, por más que hablen de kale borroka y tal que es una tontería como una catedral, ha sido extraordinariamente pacífico.
Claro, qué va a decir el amigo íntimo de Arnaldo Otegi. Pero lo preocupante no es lo qué cuente este señor sino que la línea de Atresmedia sea dar pábulo a estos radicales argumentarios. El País sulfura a las víctimas con un repugnante masaje de John Carlin al proetarra Otegi.
Antena3 se encuentra sumida en el tendencioso camino editorial que marca la parcela informativa de laSexta, con Ferreras al frente y todo permitido por el director general Bardají: siempre del lado del rancio independentismo y de la izquierda extrema, pero especialmente y por encima de todo, en pro del dinero.
Esta es la única manera de entender que un programa como ‘Espejo Público’, el segundo gran magazine de la televisión estatal en las mañanas, ofrezca su micrófono a un personaje tendencioso como John Carlin para explicar tesis furibundas y maneras poco ortodoxas que ya se conocen de antemano, en pro del golpismo separatista y en contra de España. Y sabiendo de antemano también, que la presentadora del espacio, Susanna Griso, lo único que hará es alabar a su invitado sin contradecirle ni un solo argumento por repulsivos que sean.
Para eso permitió una intervención Griso a tertulianos como Graciano Palomo o Carmen Morodo, que trataban de argumentar mientras soportaban los aspavientos y comentarios nauseabundos por Skype de Carlin. «¡Qué nivel! ¡Qué nivel! ¡Qué ridiculez!» Así interrumpía el columnista a los que rebatían sus argumentos, mientras bebía café de formas totalmente alejadas de la clase británica.
Que siga así Atresmedia. Que siga.