First Dates

El chaval queda embelesado con su cita hasta que le suelta la respuesta más falsa de la historia

"A lo mejor no he sido sincera"

Natalia, una barcelonesa de 18 años estudiante de traducción, ha protagonizado el mayor chasco que se recuerda en la historia de First Dates. La chica, siempre sonriente, se mostró de todo menos sincera con Ángel, un trabajador de supermercado barcelonés de 22 años que a medida que fue avanzando la cita se fue ilusionando más y más con lo que podía ser… pero nunca fue, según huffingtonpost.

 

A ver, el chaval motivos para hacerse ilusiones tuvo. ¿La mejor muestra? Esta conversación entre ambos:

– Natalia. Te voy a hacer la pregunta del millón. ¿Qué te he parecido?

– Ángel. Muy bien, sinceramente.

– Natalia. ¿Sí?

– Ángel. Sí. Me he sentido a gusto. Físicamente estás bien, me gustas. Y, joder, eres una persona con quien se puede hablar de todo. Y eso es difícil de encontrar. ¿Sabes?

 

Tras este diálogo, llegó la —posiblemente— mayor farsa que se ha vivido en el restaurante del amor de Cuatro:

– Ángel. ¿Y yo qué te he parecido?

– Natalia. Muy bien. Eres un tío muy majo. Sí, sí, sí…

– Ángel. ¿Yo también te gusto?

– Natalia. Sí.

– Ángel (sonrisa de oreja a oreja) Eso está bien.

Frente a la cámara, Natalia reconocía que había sido de todo menos sincera: «A lo mejor no ha sido mi respuesta más sincera. O sea, me ha gustado él como persona. Es un tío muy risueño y como amigos sí…».

Incluso a la hora de pagar la cuenta, Natalia no fue del todo honesta.

– Ángel. Una cosa. Yo te invito si en Barcelona quedamos.

– Natalia. ¿Sí? A mí me da igual. Yo estoy abierta a todo.

(El chaval paga).

– Natalia. Pues muchas gracias, Arturo.

Entonces llegó la sentencia final, y las cartas se pusieron sobre la mesa sin medias tintas: Angel estaba encantado con Natalia y, sin dudarlo, le pidió una segunda cita: «Hemos pasado una cita muy agradable y se me ha hecho corto. A la que me he dado cuenta ya nos teníamos que ir», argumentó el chico.

Pero con Natalia llegó el bajón: «A mí me gustaría tener una segunda cita con Ángel… pero como amigos. Me has encantado, eres un tío genial, pero como amigos».

El chaval, con la cara descompuesta, aceptó su destino sin rechistar: «Perfecto, sin problema. No pasa nada. Que vaya bien».

 

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