Todos ondeando banderas rojigualdas, gritando vivas a España y bañándose en las fuentes laterales de Montjuïc
Ha sido el único lugar en que la cosa ha terminado mal. Como ocurrió tras el triunfo en la Eurocopa, en 2008, los Mossos d’Esquadra y la Guardia Urbana barcelonesa han cargado con furia contra los aficionados que festejaban con banderas españolas el triunfo de La Roja en el Campeonato del Mundo de Fútbol.
Más de 75.000 barceloneses, que se habían reunido en la pantalla gigante situada en la avenida Maria Cristina, celebraron la victoria de la selección de Casillas, Villa, Iniesta, Xavi y los demás ondeando banderas rojigualdas, gritando vivas a España y bañándose en las fuentes laterales de Montjuïc.
Todos vitoreaban a los campeones y parecían muy felices hasta la una de la madrugada.
A esa hora, los agentes de la Guardia Urbana procedieron al desalojo de la plaza de España y lo hicieron con inusitada violencia, cargando contra la gente a porrazos.
La versión oficial es que 21 personas fueron detenidas por «desórdenes públicos y destrozos en el mobiliario urbano«:
«Tras las celebraciones en las inmediaciones de la Plaza de España, los Mossos d,Esquadra y la Guardia Urbana tuvo que intervenir cuando algunos individuos comenzaron a lanzar objetos, vallas, y provocar incidentes. Entre los daños ocasionados, quemaron varios árboles junto al Museo Nacional de Arte de Cataluña».
EL ALCALDE ANTISELECCIÓN
A nadie le ha pasado por alto que el alcalde de la Ciudad Condal, el socialista Jordi Hereu, se negó con reiteración a poner pantallas gigantes en Barcelona, mpidiendo que la gente pudiera seguir en la calle los partidos de España en el Mundial de Sudáfrica.
Sólo al final y cuando la Roja ya estaba en la final, presionado por Ciutadans y el PP, acepto instalar una pantalla en la avenida Maria Cristina para seguir la final España-Holanda del Mundial de fútbol, argumentando que lo hacía porque Cataluña «lidera» la selección.