La dirigente del PP María del Mar Blanco, hermana del concejal de Ermua al que ETA asesinó en julio de 1997, ha manifestado que tanto ella como sus padres están «contentos» por la decisión de la banda terrorista de poner fin a su actividad criminal, aunque son cautos porque «el final tiene condiciones».
En declaraciones a Servimedia, Blanco reconoció que se trata de una «buena noticia» aunque con matices, dado que ETA ofrece el cese definitivo de la violencia «a cambio de una mesa de negociación» con los gobiernos de España y Francia.
«Nos perdona la vida pero sin reconocer el daño causado. A mi hermano no le reconoce como víctima, ni al resto de los asesinados durante más de cuatro décadas», dijo.
Destacó que los terroristas, en el comunicado, «no se arrepienten» de los crímenes cometidos durante todos estos años y «no piden perdón».
Por eso, prometió «seguir trabajando» hasta conseguir la «derrota de manera incondicional» de ETA «sin pagar un precio político, como nunca se les pagó» a pesar de los casi mil asesinatos cometidos.
Blanco instó al Gobierno de España, al actual socialista y al que salga de las elecciones generales, a no ceder a las demandas que ahora plantea ETA para dejar la violencia.
Recordó que, cuando la banda terrorista secuestró y asesinó a su hermano Miguel Ángel en 1997, tanto ella como sus padres pidieron que no se claudicara. Por eso, reclamó que ahora «tampoco se ceda a las demandas cuando el final está tan cerca».
