No sólo cornudo, sino apaleado. Así se debió sentir un policía local de Madrid cuando la podemita concejal del distrito de Aravaca, Montserrat Galcerán, le desautorizó públicamente por hacer únicamente su misión, hace cumplir la ley.
La historia se remonta al pasado fin de semana del 6-7 de septiembre durante las fiestas de Aravaca. El reglamento de las casetas de la feria estaba estipulado, podían permanecer abiertas hasta las 02:30 de la madrugada, pero la música tenía que cesar a las 00:00.
Sin embargo, la perteneciente al colectivo 1984, muy próximo a Podemos, no sólo se negaron a apagar la música, sino que cuando un agente entró en la misma para requisarles cuatelarmente el equipo, le tiraron una valla metálica.
Tal y como cuenta Carlos Bahón, presidente de la Asociación de la Policía Municipal Unificada de Madrid, a esRadio:
Se habló con el encargado de la caseta y se le comentó que apagara la música, a lo que se negó y se intervino cautelarmente como marca una orden firmada por la concejal de distrito. Al entrar para quitar el equipo de música como marca la normativa que había escrito la concejal de distrito, se opusieron, tiraron a un agente al suelo y le arrojaron una valla metálica hiriéndole en las piernas y causándole la baja.
Lo peor es que al día siguiente la concejal de zona, en vez de cargar contra los responsables de la caseta, fue directamente contra los policías:
Esta concejal, tras hablar con los encargados de la caseta, se dirigió al mando de la Policía Municipal que estaba en el recinto y con muy malos modos le recriminó que quién éramos nosotros para quitarle el equipo de música, que era un abuso de autoridad. Montserrat Galcerán no sólo echó la bronca a los agentes sino que lo hizo delante del colectivo. Esto es un menoscabo a nuestra labor y puede provocar nuevos incidentes ya que el ciudadano ve que encima nos echan la bronca.