Ya es lo que faltaba para el euro, pero con los muy populistas de Podemos todo es más que posible.
Pero lo que ha hecho su marca blanca en la isla de Ibiza ya traspasa todos los límites de las mamarrachadas supinas.
La Policía de San Antonio, en la isla de Ibiza, tendrá esta temporada veraniega de 2016 en el punto de mira los botellines de agua, los biberones, las cantimploras y los helados derretidos. En una ley seca sin precedentes, la nueva normativa de convivencia, en trámites de aprobación podría dejar a los turistas al borde de la deshidratación.
El Consistorio gobernado por socialistas, un partido insularista, y la formación satélite de Podemos, Reinicia San Antonio, pretende que hoteles y locales de ocio «impidan que los clientes abandonen sus establecimientos portando cualquier tipo de bebida, independientemente del envase o recipiente que utilicen, si van a consumirlo en la vía pública».
También obligarán a que se pongan carteles informativos en diferentes idiomas indicando claramente la, y que en caso necesario se disponga del personal necesario que impida sacar bebidas a la calle, haciendo responsable al propietario.
Cualquier turista que incumpla esta medida, en un municipio copado en su mayoría por el mercado británico, podrá ser sancionado con una multa de 750 euros.