Se ha creído que está en un día de playa o que está en el monte de picnic con sus amigos. Pero no, el concejal de las CUP Josep Garganté se presentó de esa guisa al pleno del Ayuntamiento de Barcelona el 27 de mayo de 2016.
Las pintas no pudieron ser más mamarrachas y deplorables y él, a pesar de ser consciente de que iba a ser el centro de la atención de propios y extraños, amén de hacer las delicias de los reporteros gráficos y de los tuiteros vocacionales, no tuvo reparo en pasar la mañana en el salón de plenos ofreciendo tamaño espectáculo visual.
Amén de ir en zapatillas deportivas y con bermudas, lo que llamó la atención de toda la concurrencia fue la camiseta que eligió para la ocasión.
En ella tenía estampada la cara de Ada Colau como si fuese una suerte del ratón Mickey y el acrónimo ACAB, que ahora puede tener dos lectoras: bien el de Ada Colau Alcaldesa de Barcelona o, y casi el más probable, el que proviene del inglés All Cops Are Bastard (‘Todos los policías son unos bastardos»).
Tampoco extraña que este elemento se personara con esa estética tan surrealista y provocadora, ya que es el mismo elemento que tiene escrito en los dedos de la mano la palabra ‘odio’ o que amenazó con rebanarle el cuello al Rey –El siniestro portavoz de la CUP en Barcelona: «Al Rey le cortaremos el cuello»-. Si es que a veces una imagen vale más que mil palabras.