Pese a que Pilar Ferrer está rompiendo la monotonía y la chatura periodísticas de estas fechas en La Razón publicando unas interesantes crónicas políticas sobre Cataluña, cuesta creerle cuando dice que Carles ‘Cocomocho’ Puigdemont no quiere presentarse a las próximas elecciones.
«Se lo dijo a un grupo de amigos este verano, durante una cena en Cadaqués, la hermosa tierra gerundense de Salvador Dalí. El actual presidente de la Generalitat, no quiere ser el candidato de Convergència, rebautizada como el PedeCAT en unas nuevas elecciones autonómicas, salvo que se reeditara la coalición de Junts pel Sí, algo hoy imposible», apunta Ferrer este 4 de enero de 2017.
Este 3 de enero de 2017 le retrataba como un político marioneta en manos de todos. «Suave en las formas, sin renunciar a los principios. Es el lema del equipo de este gerundense, nieto, hijo y hermano de pasteleros, que se resiste a ser un títere de quien a dedo le designó».
O Ferrer habla mucho con Pilar Rahola o la cronista de La Razón está hechizada por el personaje. ¡Al final será que es un tipo entrañable!
Sea como fuere, TV3 le prepara un ‘Aló President’ bajo un formato del tipo ‘Tengo una pregunta para usted’, informa El Mundo. El formato se adapta muy bien a las virtudes de Carles Puigdemont, mucho más cercano que Artur Mas en las distancias cortas y acostumbrado al contacto ciudadano tras su paso por la Alcaldía de la ciudad de Girona.
«Curtido en batallas vecinales y plenos municipales, Puigdemont llegó a la Generalitat sin el corsé institucional y mediático de su antecesor, con un perfil mucho más solemne», dice El Mundo.
Moderados por dos presentadores estrella de la cadena -Lídia Heredia, que conduce el magazine matinal de más audiencia, y Carles Prats, presentador del telediario al mediodía-, se emitirán en directo por internet y servirán para que los asistentes decidan qué temas y quiénes preguntan al president de la Generalitat. Un método con tintes asamblearios que TV3 ha escogido para realizar una selección «representativa» en cuanto a «la diversidad social, territorial y de género», en sus propias palabras.
Puigdemont, además, ha reforzado su imagen de cercanía con apariciones estudiadas en TV3, más distendidas que las habituales para un president. Por ejemplo, el líder del Ejecutivo catalán participó en la última edición de un programa -El Gran Dictat, parecido al Pasapalabra de Telecinco- haciendo bromas con el presentador y la audiencia.
También se prestó al humor en el espacio de imitaciones políticas Polònia, en el que compartió pantalla con su conocido imitador para conmemorar su décimo aniversario en antena. Ambos programas tienen un notable éxito de audiencia en Cataluña.
Para ser alguien que no quiere presentarse a elecciones, muestra una llamativa hiperactividad mediática en la cadena propagandística del separatismo. Todo cuando seremos testigos de otra lección de adoctrinamiento infantil totalitaria con banderas esteladas en la Cabalgata de Reyes de Vic, con cobertura especial de TV3.
Agárrense, otro dato: la generosa financiación con la que el Gobierno catalán riega a sus plataformas afines se suma el presupuesto de TV3, que en 2016 superó los 330 millones de euros. De hecho, la televisión catalana concentra más del 25% del dinero que manejan los canales autonómicos en España. Y ello pese al quebranto que arrastran las finanzas públicas de la Generalitat.
También hay dinero a través del FLA para las subvenciones oficiales que reciben la Asamblea Nacional Catalana (ANC) -3,5 millones en un año- y Òmnium Cultural- 13 millones entre 2005 y 2012- empleadas para mantener el estado de movilización permanente en favor de la secesión. Es decir, el dinero público, al servicio de la independencia.
Mucha independencia pero todos viven de España.
