¿Laminar o integrar?

Las dudas del ‘plurinacional’ Pedro Sánchez sobre el futuro del PSOE de Madrid

Las dudas del 'plurinacional' Pedro Sánchez sobre el futuro del PSOE de Madrid
Daniel Viondi (PSOE). PD

Pedro Sánchez, el ‘plurinacional‘, el que no sabe que hacer en Cataluña y un día se levanta enamorado de Pablo Iglesias y otro aborreciendo a Podemos, está convencido de que en breve tendrá control de la siempre díscola federación madrileña.

Se lo han trabajado sus subalternos, pero este control no va impedir una fuerte oposición interna por parte de los antiguos susanistas.

Le queda una duda al ambicioso secretario general del PSOE, : ¿laminar o integrar?

Aunque parezca mentira, mientras muchos disfrutan de sus vacaciones, algunos diputados regionales madrileños, a los que hemos tenido acceso, entran y salen de Ferraz.

Para controlar Madrid Sánchez ha elegido a un hombre de aparato: José Manuel Franco. Diputado desde hace 22 años, gallego de nacimiento y madrileño de adopción. Político de aparato, como decimos, cuyo fin será controlar con mano férrea desde Ferraz la opinión de los socialistas madrileños.

Franco cuenta ya con la orientación del cinturón más cercano del PSOE nacional.

«Hará lo que se le diga, él es consciente de que el futuro del PSOE de Madrid pasa porque la dirección política esté en Ferraz para que así se acaben los enfrentamientos y haya una voz única».

Franco, sin embargo, ha quedado seriamente dañado por aquella declaración en la que señaló que para él, como socialista, «Madrid es una nación». Puro sanchismo por si hubiera alguna duda en relación a su posición política en el estado plurinacional impuesto por la nueva Ejecutiva.

Franco tendrá que contar con el joven diputado Daniel Viondi, quien aspira a la secretaría de organización de la próxima dirección regional. Se trata de la persona más cercana a Pedro Sánchez. Amigos íntimos desde hace tiempo, futura conexión permanente de la Ejecutiva Federal con la nueva federación madrileña.

Juan Lobato: el nuevo sanchismo llama a la puerta

En palabras de Tomás Gómez en un artículo en La Razón, Juan Lobato ha sido la apuesta escondida de Rafael Simancas para dividir las fuerzas susanistas. Y, aunque Lobato se declara en sus manifestaciones públicas absolutamente fiel y seguidor de Pedro Sánchez -como lo era antes de Patxi López y antes de Susana Díaz-, ha logrado dinamitar el anterior grupo de Juan Segovia al que pertenecía.

Lobato, con escasas posibilidades, ha sido como un fuego de artificio dado el escaso respaldo con el que cuenta. Aspira, eso sí, a tener hueco en el proyecto madrileño de Pedro Sánchez por el que bebe los vientos. Según sus propios compañeros en el parlamento regional, «agradecemos las muestras de apoyo a Pedro Sánchez, pero Lobato no es fiable en tanto en cuanto ha estado con todos los candidatos posibles».

Quien tiene un rebote considerable, que dicen verbaliza a diestro y siniestro, es el televisivo Juan Segovia. La fuga de Lobato le ha desarmado el grupo que tenía y ahora, juntos o por separado, tratan de conseguir un hueco como sea en la Ejecutiva de José Manuel Franco.

Sara Hernández: una secretaria general en desbandada

Quien se ha quedado sola es Sara Hernández, todavía secretaria general de los socialistas madrileños. Abandonada por el alcalde de Fuenlabrada, Manuel Robles, «es posible que le ofrezcamos un puesto en algún órgano de control», señalan fuentes próximas a la Ejecutiva Federal.

Pero la alcaldesa de Getafe sigue erre que erre insistiendo que quiere repetir como secretaria general de los socialistas madrileños. Dudan los sanchistas siquiera si repetirá como candidata a la Alcaldía de Getafe. «Ya veremos». En este punto todo es misterio. Parece que su futuro pasa por una salida como diputada regional o similar.

Carmona en el salón de tu casa

«Hay que desactivar a Carmona», señalan unos y otros sanchistas. Antonio Miguel Carmona, profesor universitario, es el enemigo a batir. «Es el que más tiene, pero no tiene suficiente para ganar, aunque tiene suficiente, ojo, para que haya segunda vuelta y para ser la alternativa a Pedro Sánchez en Madrid», señala el mismo diputado regional.

Carmona es el socialista más criticado por la derecha. Entra por el salón de nuestra casa defendiendo lo indefendible, su provocadora forma de hacer política contra los conservadores raya la calumnia y, por ello, el PP, lógicamente, le interpuso varias querellas.

Entre los defectos de Carmona pesa como una losa que fue el único que defendió en todas las televisiones la pésima gestión de Tomás Gómez y las irregularidades acaecidas durante su mandato -presuntas vinculaciones con la Púnica y sobredimensionamiento del tranvía de Parla-. Hasta el punto que, dicen, se abrasó las manos por su amigo. Desde las filas del pedrismo se critica a Gómez señalando que «parece mentira que Tomás critique ahora a Carmona por su sobreexposición tras salir en televisión defendiéndole. Cría cuervos y te sacarán los ojos».

«Si Carmona sigue enfrente y vuelve a presidir la Fundación Socialdemócrata, será desde allí donde de nuevo ejerza oposición a la Ejecutiva Federal».

Pero los partidarios de Carmona no dicen esta boca es mía. Todo parece indicar que será un candidato firme que lleve a José Manuel Franco a tener que encarar una segunda vuelta y quién sabe si a perder.

Gómez o el inesperado aliado de Pedro Sánchez

Tomás Gómez se ha descolgado en un artículo en La Razón proponiendo un candidato más, un mirlo blanco, en este puzzle indescifrable.

Para los pedristas de la Asamblea de Madrid el tema se las trae:

«que Gómez proponga un candidato le haría mucho daño a Carmona, porque por poco que tenga Gómez, es suficiente para que aquel no pueda presentarse. En ese sentido Gómez es nuestro mejor aliado».

Tomás Gómez fue secretario general de los socialistas madrileños. Se enfrentó a José Luis Rodríguez Zapatero, entonces Presidente del Gobierno, tras la apuesta de éste por Trinidad Jiménez como candidata. Ganó Gómez a Zapatero, pero perdió Gómez estrepitosamente con Esperanza Aguirre.

Las encuestas y los escándalos, según César Luena, le llevaron a ser cesado. Sustituido por Ángel Gabilondo, desde entonces escribe en La Razón, generalmente criticando a Pedro Sánchez.

El friki de Enrique del Olmo

El sempiterno aspirante que se presenta a todas las elecciones internas es Enrique del Olmo. Troskista de toda la vida, se afilió al PSOE al ver que lo de la IV Internacional no arrojaba demasiada luz en su camino de ambición.

«En las primarias al Ayuntamiento de Madrid no llegó a cien avales y, sin embargo, presumió de quedarse casi a las puertas para ser candidato. Cuando un periodista le preguntó dónde estaban los mil avales de los que presumía dijo que lo desconocía».

División entre los sanchistas

Uno de los más relevantes partidarios de Pedro Sánchez en Madrid lo tiene claro:

«No debemos pactar con nadie. Solos ganamos. Como ha hecho Pedro y, aunque haya segunda vuelta, el proyecto saldrá adelante».

Sin embargo la mayoría de los sanchistas consultados no piensan así. «Debemos lograr que no haya segunda vuelta y montar una Ejecutiva donde estemos todos representados», señalan los más moderados.

«Es mejor desarticular a la oposición trabajando codo a codo para ganar Madrid, unidos en un proyecto de unidad, que tenerlos enfrente. Nos jugamos el partido», sentencia una de las mujeres más respetadas partidaria de Pedro Sánchez.

Estas son pues las dudas de Pedro Sánchez sobre el futuro del socialismo madrileño.

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