Corredor destaca más por el autobombo que por las obras

¿Para qué sirve el Ministerio de Vivienda?

Sus funcionarios cuestan 9,5 millones de euros al año

El Ministerio de Vivienda ha pagado proyectos arquitectónicos en los que no viven los ciudadanos como Torrecremada en Denia (Alicante)

Cuando en abril de 2008 José Luis Rodríguez Zapatero  nombró ministra de Vivienda a Beatriz Corredor Sierra, (Madrid, 1968), muchos pensaron que el ministerio maverick (inconformista) del Gobierno encontraría su rumbo.

Ella, recuperada de las listas de su amigo Miguel Sebastián en el Ayuntamiento madrileño, es registradora de la propiedad. Cabía pensar, por tanto, que superaría los “logros” de María Antonia Trujillo, con sus esperpénticas zapatillas kelly-finder, que ayudaban a buscar piso; y de Carmen Chacón, que pasó por Vivienda como un cohete en plena ascensión.

Dos años después, es evidente que no ha sido así. Corredor adoptó un perfil bajo. Su presupuesto cayó este año un 7%, a 1.400 millones de euros. Vivienda pasó a convertirse en un comodín presupuestario, una pagadora de favores territoriales, poco más que su predecesora la Dirección General de Arquitectura y Política de Vivienda.

Para la estructura con que cuenta el Ministerio de la Vivienda (393 funcionarios que cuestan 9,5 millones de euros al año),  su actuación en materia de política de vivienda parece muy pobre. Mientras, se inmiscuye en competencias o actuaciones que deberían ser propias de otros organismos o ministerios, como luego veremos.   

En síntesis, una de las principales promesas de aquel Zapatero electo: recuperar el Ministerio de Vivienda. Ni el final del boom inmobiliario ni la crisis han inquietado los méritos de aquel invento franquista que fueron las VPO”o Viviendas de Protección Oficial. Al trio “de cuota” Trujillo-Chacón-Corredor, le secundan dos subsecretarios, cuatro directores generales, 15 subdirectores generales y numerosos entes de nueva planta, como la Entidad Pública Empresarial del Suelo o la Sociedad Pública del Alquiler, de escasa efectividad y enorme gasto publicitario.

Si su propósito era favorecer el acceso a la vivienda de todos los ciudadanos mediante “edificación, urbanismo y acciones en suelo y arquitectura”, sólo en la población asturiana de Mieres se acercan a ese objetivo con la edificación de 131 viviendas. Los estudios sobre la oferta de vivienda en las respectivas ciudades –que costaron más de un millón de euros y que encomendaron a Valtecnic SA– se han quedado en humo sin actuaciones posteriores que es lo que esperaba del ministerio.

EL AUTOBOMBO

El autobombo se ha llevado 1,3 millones de euros esta legislatura en contratos de publicidad con empresas como Thinking Forward Spain, Avante Comunicación o Crespogomar. Su propósito era difundir el Plan de Vivienda 2009-2012, las medidas estatales de fomento del alquiler, el Plan Renove de la vivienda… que cosecharon sonoros fracasos.

Vivienda se ha dedicado a cerrar un buen número de contratos de rehabilitación de edificios históricos, como la alcazaba árabe de Badajoz; urbanizaciones industriales; actuaciones de impacto ambiental, o la recuperación de pueblos abandonados, como Bubal (Huesca) o Granadilla (Cáceres).

Las competencias en celosas manos autonómicas dejaban averiado el gran proyecto de Zapatero. Eso explica que se  haya inflado con supuestas inversiones como  la gestión de la Renta Básica de Emancipación de los Jóvenes (622 millones de euros este año).

También se asumen inversiones  más propias de Patrimonio, Asuntos Sociales,  Fomento o  Medio Ambiente. Vivienda ha sido el pagano de las obras de mejora, urbanización y acondicionamiento de numerosos polígonos industriales. Es el caso del parque empresarial Entrecaminos, en Valdepeñas (Ciudad Real); el de Vilar do Colo, en Fene y Cabañas (Coruña); Los Rosales, en Coria (Cáceres); el parque tecnológico de Paterna (Valencia); el polígono industrial Los Tobares de Molina de Aragón (Guadalajara); Morcín (Asturias); Ayamonte (Huelva); Campollano Norte en Albacete o Morelle, en Sarria (Lugo).

En fin, conocida la amistad de Corredor con el titular de Industria, Miguel Sebastián, debe tratarse de favores presupuestarios interministeriales. El Ministerio de Vivienda ha pagado proyectos arquitectónicos en los que no viven los ciudadanos como Torrecremada en Denia (Alicante) e incluso obras y “proyectos acústicos” para rehabilitar el edificio metálico del rectorado de la Universidad de Extremadura; o la rehabilitación de la Real Fábrica de Tabacos de A Coruña.

LA CASA DEL PUEBLO

Lo mismo ocurre con la conversión en centro cívico de la prisión de Palencia; las nuevas dependencias municipales de Amoharín (Cáceres); la Hospedería del Monasterio de Poblet, en Vimbodí (Tarragona); el aula magna-paraninfo de la Universidad de Gerona, o el Castillo de la Trinidad, en Rosas (Gerona).

Cosas que parecen más de Patrimonio que de Vivienda, pero que dan “prestancia” y peso a los números del ministerio de Beatriz Corredor. Algunas incluso rozan lo sentimental político típico del PSOE, como la rehabilitación de la Casa del Pueblo en Esporlas (Mallorca). Sin duda una interpretación rupturista del latiguillo fundacional “desarrollar políticas activas de vivienda con carácter integral” con el que nos ha obsequiado el ministerio seis años.

También se han colado asuntos culturales, como el Museo del Palacio Episcopal de Llerena (Badajoz); las obras del Teatro Real Coliseo Carlos III y la rehabilitación de la “manzana cisneriana” (ambos en Alcalá de Henares); la restauración de los vitrales de la catedral de Barcelona o de la colegiata de Alfaro (La Rioja); o del castillo de Garcimuñoz (Cuenca). Corredor ha financiado reconversiones no en vivienda sino en usos culturales como el de la plaza de toros de El Bosque (Cádiz); la rehabilitación del mercado central de Valencia, la ermita de Trobajo del Camino, en San Andrés de Rabanedo (León) o las obras del Museo del Sitio de Monte Buciero, en Santoña (Cantabria).

Es Vivienda quien sufraga el Puente Histórico de Ajuda, en Olivenza (Badajoz), y no Fomento. Todo enmarcado en una visión muy llamativa  de la política gubernamental de “acceso a la vivienda de todos los ciudadanos” como reza en la publicidad oficial.

Nótese una cierta abundancia de proyectos en Extremadura y Cataluña que puede que tenga que ver con el origen de María Antonia Trujillo primero y de Carmen Chacón después. En los presupuestos del ministerio hay incluso inversiones descritas directamente en catalán como: Coberta Esglèsia Monestir de Vallbona de les Monges (sic), por valor de 4,6 millones de euros. Ni siquiera se guardan las formas.

IMPERA LA CONFUSIÓN

Otra aproximación a las actuaciones de la ministra Corredor son los convenios con los que el ministerio favorece proyectos de las comunidades autónomas. Cuatro millones de euros para rehabilitación integral del barrio de El Carmel en Barcelona. Donde la Generalitat del Tripartito tuvo uno de sus más graves fracasos gestores, con el hundimiento de las obras del metro.

Otros 4,5 millones para rehabilitar el Parque Nacional de Monfragüe (Cáceres). Fueron 8,2 millones para restaurar el monasterio y la iglesia de Cornellana,  en Salas (Asturias). Cuatro millones para rehabilitar el Santuario de la Peregrina en Sahagún (León). Seis millones para rehabilitar la Casa de la Moneda de Segovia y otras aportaciones menores como la recuperación de la primera calzada romana de La Plata en Extremadura; el realojo de los vecinos del barrio de Hermanos Laguna en Alcázar de San Juan (Ciudad Real) o el Balneario de Caldas de Reis.

Originalmente publicado en La Gaceta.

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Autor

Luis Balcarce

De 2007 a 2021 fue Jefe de Redacción de Periodista Digital, uno de los diez digitales más leídos de España.

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