Trinidad Jiménez apunta a ser otro caso que confirma la ley de Peter que sostiene que quienes realizan bien su trabajo son promocionados hasta alcanzar su nivel de incompetencia.
Este principio, comprobado infinidad de veces en el Gobierno ZP, manifiesta que muchos altos cargos son ocupados por profesionales que no tienen la suficiente cualificación para su trabajo.
Leemos en La Vanguardia que la flamante ministra de Exteriores «habla bien francés y se defiende en inglés» –-Miguel Ángel Moratinos se despide de Exteriores con lágrima—
¿Se defiende? ¿La ministra de Exteriores de España chapurrea el idioma universal? Lo cierto es que el currículum que aparece en la web de Exteriores de Jiménez no menciona que sepa idiomas.
El ridículo internacional puede ser de aúpa cuando sus homólogos extranjeros la vean venir con una corte de traductores a cuenta del erario. La ministra promete darnos momentos esplendorosos como este de ZP en el Reino Unido.
Si su conocimiento de idiomas es para echarse a temblar, su formación diplomática también deja mucho que desear.
Cuenta El Confidencial Digital que la nueva ministra de Asuntos Exteriores, suspendió por dos veces el examen de ingreso en la escuela diplomática en los años ochenta. —Trinidad Jiménez, la nueva ministra de Asuntos Exteriores, suspendió por dos veces el examen de ingreso en la escuela diplomática—
Fue en años alternativos. Hay quien apunta, incluso, que se presentó a las convocatorias de 1986 y 1988.
PD intentó confirmar estos datos con su gabinete de prensa sin obtener respuesta.