Hoy se cumple un siglo del primer día de la Mujer Trabajadora. Hace cien años con el fin de reivindicar los derechos de la mujer Alemania, Austria, Suiza y Dinamarca instauraron la celebración de este día para reivindicar los derechos de la mujer.
Hoy Rodríguez Zapatero ha pedido en el acto insitucional del Día Internacional de las Mujeres que miremos en aquellas fechas como espejo, como recordatorio, en el principal avance: el sufragio femenino. Esto es, lo que el Diario de Sesiones revela sobre la actuación del PSOE ante tal acontecimiento.
El PSOE no fue el promotor del voto femenino. Y no sólo eso, gran parte de su formación fue abiertamente contraria a la concesión de ese derecho a la mujer. El partido socialista de la República estaba profundamente dividido. Incluso Indalecio Pireto se opuso férreamente lo que le llevó a ausentarse del hemiciclo en la votación arrastrando con su actitud a un buen número de diputados del PSOE.
En las Cortes Constituyentes sólo había dos mujeres. Ninguna de ellas pertenecía al partido socialista: Clara Campoamor representaba al Partido Radical y Victoria Kent lo hacía por la formación Radical-Socialista. Y además, la radical-socialista se opuso con contundencia al sufragio femenino sin ningún tipo de limitaciones defendido por Campoamor.
Los debates en cuestión versaron sobre los artículos 25, 36 y 51 y se produjeron los días 1, 2 y 8 de septiembre de 1931. En conclusión, fueron las derechas y sólo parte de las izquierdas, quienes sacaron adelante la igualdad de la mujer para acceder a las urnas.
Para más inri, a la única mujer que defendió el sufragio universal, Clara Campoamor, con cuyo nombre anunció el presidente «rojo» la creación del premio «Mujer y Parlamento», fue acusada por la izquierda en el 33 de ser la culpable de la victoria de la derecha al haber conseguido el voto a la mujer.
Bienvenido al espejo de la historia, Zapatero. La real, no la tergiversada a beneficio de inventario.