Zapatero hinca la rodilla. El último asidero al que podía agarrarse el aún presidente del Gobierno, agotar la legislatura, también desaparece y el mandatario ya ha terminado de caer como fruta madura. La presión que ha ejercido el candidato del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, ha sido determinante para que se produzca el adelanto electoral. Será el 20 de noviembre, una fecha que, guste o no, aún sigue teniendo una cierta carga simbólica y emocional.
La elección de la fecha para anunciar que se anticipan los comicios tampoco el baladí. Con más de media España de vacaciones en el mes de agosto, la campaña preelectoral quedará reducida prácticamente a la nada para que los candidatos casi se topen de bruces con la propia campaña.
Tampoco hay que olvidar el sondeo del CIS publicado el 27 de julio de 2011 –El CIS se pone al servicio de Rubalcaba-, en el que el aspirante socialista recortaba más de tres puntos de desventaja a Mariano Rajoy y lograba situarse a solo siete del Partido Popular.
LA FECHA
Zapatero restó importancia al hecho de que las elecciones sean el 20 de noviembre. Aseguró que «la fecha es una más de las que hay en el calendario, pero tocaba hacerlo así para que de esta manera el nuevo Gobierno que salga de las urnas ya pueda encargarse del nuevo marco económico desde finales del presente año».
El jefe del Ejecutivo cree «conveniente» que el próximo 1 de enero el Gobierno que haya salido de las urnas ya esté al frente de la responsabilidad del ejercicio económico. Además, dando a conocer la fecha de los comicios a finales de julio, antes de que fuera «jurídicamente necesario» el debate público ya no girará en torno a la posibilidad del adelanto electoral, sino sobre las propuestas de las distintas fuerzas políticas.
El jefe del Ejecutivo estatal rehusó hacer un análisis de lo que ha sido la legislatura. «Hoy es el día de decir a los españoles que toca elegir a un nuevo Gobierno el 20 de noviembre y mientras tanto voy a centrarme en conseguir la recuperación económica de este país. Desde luego, lo que hoy no toca es un balance».
VELEIDAD
Y al igual que sucedió en su momento cuando comunicó su renuncia a repetir como candidato –Zapatero tira la toalla: «No seré el candidato del PSOE en las elecciones de 2012-, de nuevo volvió a tirar de veleidad para reconocer que «la fecha la tenía decidida desde el 19 de junio, pero, como comprenderán, no podía hacerla pública por una cuestión de responsabilidad».
También rechazó que el sondeo del CIS, en el que Rubalcaba recortaba tres puntos de desventaja con respecto al PP, haya tenido que ver con este anuncio del adelanto electoral. La decisión, subrayó, «estaba tomada desde hace tiempo atrás y muy madurada».
ADELANTOS ELECTORALES
La corta historia de la democracia española ha tenido nada más y nada menos que siete adelantos electorales. Adolfo Suárez, elegido presidente en 1977, tuvo que disolver las Cortes en menos de dos años.
Suárez fue reelegido en 1979, pero tampoco llegó a agotar mandato. El 23 de febrero de 1981 se produjo la investidura de Leopoldo Calvo Sotelo, aunque quedó en suspenso por el intento del golpe de Estado perpetrado por Tejero. Poco duró el nuevo presidente, puesto que en octubre de 1982 se volvían a adelantar las elecciones.
En 1986 se adelantaron los comicios cuatro meses, del mes de octubre al mes de junio. En 1989 se adelantaron las elecciones por cuarta vez en democracia. González adoptó la medida por la necesidad de aplicar medidas económicas duras.
En 1993 se volvieron a adelantar los comicios cuatro meses y en 1996 la anticipación superó los 15 meses.