El PP de Mariano Rajoy arrumba en un rincón oscuro al súper gurú Pedro Arriola, pero sigue la incógnita sobre la permanencia de Cristóbal Montoro
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Vamos a ver que hace Ciudadanos y como s emueve Albert Rivera, pero como le dejen suelto, Mariano Rajoy nos volverá a administrar la medicina de siempre: continuidad, continuidad y continuidad…
Este 15 de octubre de 2016, columnistas de relumbrón como Ignacio Camacho advierten desde el ‘siempre fiel’ ABC al presidente de que no puede seguir así: «Tiene que renovar una estructura que funcionó como una auténtica máquina de robar».
Sabemos ya que hay algún viento de renovación en la sede de Génova y prueba de ello es que allí se ha arrumbado en un rincón oscuro al súper gurú Pedro Arriola, pero varios analistas, incluido José María Triper en ‘El Economista’, insisten en que el líder popular sigue a lo suyo y en su tónica.
«Probablemente no lo sabe ni su mujer».
De esta forma se evadía el vicesecretario de Comunicación del PP, Pablo Casado, de las preguntas de los informadores, el pasado lunes, sobre el nuevo Gobierno de Mariano Rajoy, si finalmente consigue ser investido antes de final de mes.
Y no sabemos si el presidente se lo habrá comunicado, o no, a Elvira, pero lo que es seguro es que Rajoy ya tiene en mente su equipo de ministros y que en los cenáculos de Génova y Moncloa existen ya quinielas y pronósticos, en los que hay una coincidencia casi general, que será «un gobierno continuista, especialmente en el área económica».
En este punto, la mayoría de los dirigentes populares próximos al presidente en funciones miran a la figura del actual titular de Economía, Luis de Guindos, como hombre fuerte del equipo económico, con o sin esa vicepresidencia a la que aspira y que, dicen, ha pedido.
Fuentes próximas al ministro en funciones aseguran que ha comunicado ya su intención de seguir en el cargo a sus más estrechos colaboradores, máxime si como se espera la legislatura no va a agota los cuatro años procedentes.
Es el hombre del Gobierno en Bruselas, quien da credibilidad a la política económica, tiene una magnífica relación con el todopoderoso Schäuble y ha sido el negociador que ha conseguido ampliar la senda del déficit y evitar las sanciones por el incumplimiento, argumentan en el Gobierno y el PP.
Además de que Mariano le debe una recompensa por dar la cara en el caso Soria y «comerse el marrón» que no le correspondía, como apuntó el diputado de Compromís, Joan Baldoví.
La incógnita de Montoro
La incógnita está en la permanencia de Cristóbal Montoro en Hacienda. El ministro tiene el veto del PSOE y Ciudadanos, aunque goza de la plena confianza del presidente del Gobierno. Los expertos monclovitas consultados apuntan que la gran duda hoy de Rajoy es si mantener la actual bicefalia entre Guindos y Montoro o apostar por un responsable único en la economía.
Se da por segura también la continuidad en el Gabinete de Fátima Báñez, aunque la incertidumbre está en si seguirá al frente del Ministerio de Empleo o si pasará a Sanidad, cartera que ya comparte en funciones tras la salida de Alfonso Alonso para encabezar la candidatura en el País Vasco.
En las quinielas se da también por hecho que repiten la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría, además de Isabel García Tejerina en Agricultura, Rafael Catalá en Justicia, sin descartar que pudiera hacerse cargo de Fomento, y José Manuel García Margallo en Exteriores.
La única salida segura es la de Jorge Fernández Díaz de Interior. Rajoy le tiene en alta estima y es de su círculo más íntimo, pero la filtración de sus conversaciones con el director de la Oficina Antifraude en Cataluña, Daniel de Alfonso, han dinamitado su carrera y ni Ciudadanos ni el PSOE aceptarían verle en el Ejecutivo.
Entre las posibles novedades suenan María Dolores de Cospedal, que, dicen, habría pedido Interior, pero podrían darle Industria; Álvaro Nadal, pendiente de alguna de las vacantes en el área económica, y el citado Pablo Casado, a quien se ve como un posible candidato a presidente a medio plazo y a quien se quiere dar imagen de gestor.
