De puertas para adentro la absolución de la hermana de Felipe VI ha provocado nuevas tensiones familiares
Desconocemos en este momento quien es el autor de la frase pero es más que evidente que ‘la familia está sobrevalorada’. Al menos en ciertos ámbitos y en concretas circunstancias (Que Dios me perdone).
Los Reyes Felipe y Letizia siguen mostrando normalidad absoluta y sonrisas desde que se conociera la sentencia del Caso Nóos que absuelve a la Infanta Cristina y pide cárcel para Iñaki Urdangarin (La infanta Cristina dolida con el feo de los Reyes).
Mientras se especula con un cambio de residencia del matrimonio Urdangarin para evitar las complicadas fotos de la hermana del Rey visitando a su marido en la cárcel en los mentideros reales no se habla de otra cosa que de lo que se cuece de puertas para adentro y los nervios están a flor de piel (El fiscal Horrach: «A la infanta Cristina se la ha sentado en el banquillo por ser quien es»).
Según Hispanidad, la absolución de Doña Cristina ha provocado «una lucha de Reinas». Por un lado, Doña Sofía exige que su hija recupere su papel representativo e institucional puesto que ha sido absuelta y nunca renunció a su puesto en la cadena sucesoria (el título de Infanta lo lleva por nacimiento) (Soberano apaleamiento a la Infanta por casarse con un pícaro).
A saber, Cristina renunció a sus títulos nobiliarios pero no a su representatividad.
En este sentido, la Reina emérita estaría dispuesta incluso a dar la batalla hasta con su hijo, de quien considera que no se ha portado bien con su hermana. De hecho, Doña Sofía no estaría dispuesta a sustituir a su hija Cristina en actos oficiales (‘Caso Nóos’: Le caen seis años de prisión a Urdangarin y la Infanta Cristina sólo pagará 265.000 euros).
Por otra parte, estaría la Reina Letizia, que no vería con buenos ojos este tipo de solución para la imagen de la Corona que ostenta su marido y que cree que un castigo ejemplar ayudaría a lavar la imagen de la Institución.
