El Ministerio del Interior de España impide a las empresas vender munición a los Mossos
El Gobierno de Mariano Rajoy sigue sin tener confianza en los Mossos. Después de que el 1 de octubre de 2017, la fecha del referéndum ilegal por la independencia de Cataluña, en el Ministerio del Interior hay una creencia extendida de que el cuerpo autonómico podría volver a hacerle una jugarreta.
Y es que el Ejecutivo ya está avisado de las trapacerías varias que le hicieron los hombres del Mayor Trapero y no se la quiere jugar.
Por eso, no es de extrañar, tal y como ha ventilado la Guardia Civil y según recoge El Mundo este 9 de diciembre de 2017, que el Ministerio del Interior no haya permitido a la Generalitat de Cataluña comprar ni una sola bala para las armas de los Mossos d’Esquadra en todo 2017.
La Generalitat de Cataluña solicitó en 2016 a la Secretaría de Estado de Interior el permiso para adquirir la cantidad de munición que creía necesaria para mantener su actividad policial de cara a 2017. La respuesta que obtuvo por parte del Ministerio fue positiva y el permiso fue concedido, por lo que la Generalitat convocó los concursos para la venta de dicho material, ganados por diferentes empresas.
El problema vino cuando las diferentes empresas que ganaron estos concursos solicitaron a la Intervención Central de Armas y Explosivos de la Guardia Civil las licencias necesarias para introducir dicho material en territorio español y transportarlo hasta los polvorines preceptivos. Ahí ninguna de las solicitudes enviadas a la Benemérita por cada una de estas firmas suministradoras obtuvo respuesta de las autoridades.
UN ELOCUENTE SILENCIO ADMINISTRATIVO
Este silencio administrativo desactivó, sin más explicación, los permisos concedidos por la Secretaría de Estado. Esta situación ha provocado serios contratiempos a alguna de las firmas. Por ejemplo, la empresa Beretta-Benelli tuvo parado en la frontera con Francia, con el consiguiente gasto de almacenamiento, un cargamento de millón y medio de balas del calibre 9 milímetros esperando a obtener una respuesta del Ministerio Interior, que hasta la fecha no ha llegado.
Lo cierto es que, a pesar de que Interior no cree que haya desconfianza hacia los Mossos, los jueces siguen investigando las presuntas deslealtades de algunos de sus mandos y el Gobierno acabó tomando el control de todas las consejerías con la aplicación del artículo 155, con especial atención a los Mossos d’Esquadra.
Entre las municiones paralizadas, se encuentran también armas consideradas «calibres de guerra», como el 338. Hay que matizar que estos calibres se llaman así por tener mayor tamaño, pero son de uso habitual en todas las policías del mundo. Se da por hecho que, por ejemplo, para afrontar posibles amenazas en un aeropuerto hay que tener un calibre que llegue a un kilómetro de distancia con precisión, porque son espacios muy amplios.
También se han paralizado encargos de munición antidisturbios, pero no de las pelotas de goma que se prohibieron en Cataluña, sino una diferente llamada foam, mucho más blanda que las pelotas. Por su parte, el Ministerio de Defensa abortó la compra de nuevas armas para equipar a los Mossos al considerar alarmante la cantidad del arsenal y el tipo de armamento.