"Nadie nos intentó ayudar. Nadie se acercó a mí. La única que tenía cerca era mi novia, que se ponía encima de mí, me abrazaba, me cubría, pedía que pararan"

El estremecedor relato de los guardias civiles agredidos en Alsasua: «Esa sensación de odio no la he sentido nunca»

"Temí por mi vida, perdí la noción de estar allí, estaba en el suelo, no paraban"

El sargento y el teniente de la Guardia Civil agredidos en octubre de 2016 en un bar de la localidad navarra de Alsasua han declarado este martes 17 de abri de 2018 en el juicio en la Audiencia Nacional que recibieron empujones, golpes y patadas por todos los lados, especialmente en la cabeza, piernas y espalda. (La madre de un Guardia Civil de Alsasua deja helado a Alsina: «Le mataron a patadas»).

Nadie intentó ayudarle mientras era agredido en el bar Koxka ni persona alguna intentó calmar la situación, ha descrito el teniente, que se ha mostrado convencido de que todo el mundo en el bar sabía que era guardia civil y que también conocían a su novia.

«Fui al servicio y al salir de allí, en una zona muy estrecha, me encuentro al chico con complexión atlética, que lo había visto en concentraciones de Alde Hemendik y Ospa y me pregunta si soy madero. Le digo que sí, pero que estoy de tiempo libre. Me contestó que menos tiempo libre. Consigo zafarme del lugar y se me pone delante otro chico con pelo rapado que me corta el paso. Después nos lanzan un chupito de plástico vacío. No le dimos más importancia, no merecía la pena».

«Al poco tiempo vi entrar por la puerta a Jokin Unamuno con varias personas. Viene directamente al grupo donde estamos nosotros. Se refiere directamente al sargento, le acerca mucho la cara a él. A Jokin le dije que se fuera a otro lugar, que estábamos en nuestro tiempo libre. Él se pone agresivo, se pone muy cerca de la cara, dice que su abuelo también era Guardia Civil y me pregunta por qué conocía su nombre completo. Desde ese momento empieza el jaleo, empujones, la chica que iba con él empuja a Mª José, me empiezan a golpear por la espalda y en la cabeza».

«Empecé a recibir golpes. Según me doy la vuelta recibo patadas y puñetazos y veo que a mi novia la están zarandeando. Decidimos salir del bar, se crea una especie de pasillo donde seguimos recibiendo patadas y puñetazos». Al salir al exterior, encuentra más gente: «Allí veo bien a Adur y a otro que directamente nos dan puñetazos al sargento, a mi novia y a mí. Nos pegaban directamente.

Luego comienzo a salir por la doble puerta del bar y ya en la segunda puerta, empiezo a recibir muchos más golpes, me aturdo, caigo al suelo y empiezo a sangrar. Allí no recuerdo más que golpes, en el suelo todos a la cabeza. Nos estaban esperando. Caí al suelo porque la pierna ya no me respondía por los golpes, era tan constante la agresión. Me desplomé.

Tenía mucho dolor. La única vez que cesó algo fue cuando llegó la Policía Foral». «Nadie nos intentó ayudar. Nadie se acercó a mí. La única que tenía cerca era mi novia, que se ponía encima de mí, me abrazaba, me cubría, pedía que pararan. Sólo la recuerdo a ella. Nadie echaba un cable o intentaba parar la situación».

«Temí por mi vida, perdí la noción de estar allí, estaba en el suelo, no paraban, temía por el sargento y su novia y no podía hacer nada. No me podía defender, los golpes llegaban de todos lados y no cesaba. No podía salir de allí»,

ha declarado el teniente agredido, que ha añadido que «desde el primer minuto sabían que era Guardia Civil, como los encargados del local. A María José la conocían seguro y sabían que era mi novia. Y el que me paró en el baño lo sabía», ha incidido.

Son las primeras palabras de testimonio ofrecido por uno de los cuatro agredidos en el bar, después de que este lunes los ocho acusados que se sientan en el banquillo eludieran su responsabilidad sobre lo ocurrido y negaran haber agredido a los agentes.
Agredidos por una multitud

«Temí por mi vida porque estábamos en inferioridad y esa sensación de odio y de rencor que tenían por ser guardia civil no la he sentido nunca»,

ha dicho a su vez y a preguntas del fiscal el sargento, y ha recordado cómo también golpearon al teniente hasta hacerle caer, a la pareja de éste cuando intentó hacer «de escudo» y a su propia novia cuando se interpuso entre los agresores y el sargento.

Cuando otros tratan de justificar la agresión a dos Guardias Civiles en Alsasua…

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