La resolución judical es firme y no cabe recurso alguno. Se anula en Barcelona una multa de tráfico de 60 euros a una conductora, que denunció que el cartel en el que se advertía de la infracción estaba únicamente en catalán. La alcaldesa Ada Colau se queda así con un palmo de narices con tanta obsesión e imposición lingüística.
Un abogado ha conseguido que el juzgado contencioso administrativo de Barcelona retire así la sanción a la mujer, y la magistrada Eila Soteras Garrell, del Juzgado Contencioso número 8, ha fallado en favor de la persona multada al haberse omitido «el idioma castellano» por lo que
«hay que considerar dicha señalización fuera de la legalidad, así como cualquier acto que la Administración catalana pretenda derivar de una señalización ilegal».
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La multa sancionaba el estacionamiento de la conductora. El lugar tenía una señal, rotulada únicamente en catalán y en el que no había ni rastro del español. De esta manera, y tal como puede leerse en la resolución,
«el Ayuntamiento incumple la Ley sobre Tráfico, Circulación de Vehículos a Motor y Seguridad Vial y el Reglamento General de Circulación, que ordenan que todas las señales de tráfico deben estar, al menos, en castellano».
Según da cuenta ‘Crónica Global’, el Ayuntamiento de Barcelona, defendido por el abogado Domingo Rivera López, aludió a la normativa constitucional y el estatuto de autonomía. Añadió que la señalización vertical incluía pictogramas y se veía reforzada por las señales horizontales propias de las zonas de carga y descarga destinadas a estacionamientos temporales, indicaciones que son «universales».
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