Manuel Cerdán logra entrevistar al espía cuya esquela se publicó el 2 de julio de 1998

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La resurreción del espía Francisco Paesa

Periodista Digital, Domingo, 4 de diciembre 2005

La resurrección se ha completado. El 2 de julio de 1998 se publicó una esquela anunciando que Francisco Paesa había fallecido en Bangkok. El espía más famoso de España, el agente cuya participación fue clave en la operación Sokoa contra ETA, el agente que engañó a Luis Roldán y a Juan Alberto Belloch y fabricó los conocidos como papeles de Laos, el hombre que había muerto, ha sido localizado por Interviú en el barrio parisino de Montparnasse.

Pese a que, inicialmente, Francisco Paesa recibió de forma agresiva a los periodistas: «¿qué quieres, que además me alegre de que me hayas localizado? Estoy harto de los periodistas. Sois la ruina de mi vida».

El actual aspecto de Francisco Paesa, localizado por Interviú en París.  Hay una entrevista de 8 páginas, pero primero una advertencia:

«Mira, muchacho. Si publicas esas fotos me hundes. Me revientas los cuatro o cinco negocios que tengo abiertos. Son mi única salida porque no tengo un duro. Mi vida ha tocado fondo y ésta es mi última oportunidad. Sólo me queda pegarme un tiro. Vivo en una situación de huida permanente».

 «Hay un grupo mafioso ruso que me persigue y no perdona. Me siguen en motos, me vigilan en la puerta de mi casa».

A lo largo de la entrevista, el periodista le recuerda que el que fuera director general de la Guardia Civil Luis Roldán aún le reclama 1.500 millones de pesetas. «Eso es mentira. Yo le he devuelto todo el dinero a Roldán. En metálico y en maletas, y guardo los recibos, aunque él diga lo contrario. Yo no tengo la culpa de que, mientras él estaba en la cárcel, sus abogados e intermediarios no le hayan dicho nada de la entrega del dinero.Conservo los recibos y puedo demostrarlo».

«Roldán podrá decir lo que quiera», añade este ex agente de Interior, «pero no sabe lo que dice. Todo salió mal por su culpa. Es una persona inestable y sin resistencia psíquica. Es un trapo. Cuando decidió desaparecer en París, tras la entrevista contigo y tu compañero, le dije que si se fugaba tenía que marcharse con su mujer y su hijo. No me hizo caso. Asumió hacerlo solo pero no tuvo resistencia para aguantar. Después, durante el juicio, sus abogados me señalaron con el dedo y el tribunal abrió una pieza separada contra mí. Esa fue una de las causas de mi desaparición en 1998». «Si Roldán quiere saber dónde está el dinero que pregunte a su mujer y a algunos de sus abogados. Queda un remanente en una cuenta de un banco que sólo conozco yo. Si sigue mintiendo me queda una salida: presentarme al fiscal general del Estado y facilitarle todo. A mí Roldán nunca me pagó un duro».

En cuanto a su falsa muerte en Bangkok, publicitada en 1998 en una esquela, Paesa asegura: «Fue una gran confusión de lo que tú llamas mi gente». «Mandaron un certificado de defunción a la Embajada española porque creían que estaba muerto. Me habían cosido a balazos en una encerrona en la capital tailandesa y me daban por desahuciado. Me vi metido en un tiroteo en el que murieron tres personas y otras cuatro resultaron heridas. Me daban por muerto, alguien se precipitó y montó el follón».

Sobre la entrega de Roldán a las autoridades españolas, Paesa fue muy esquivo en sus respuestas: «Han transcurrido siete años desde mi desaparición y no recuerdo a nadie. Lo mismo que limpio y destruyo documentos, mi memoria borra a la gente». No obstante, añadió: «El capitán Khan y el karateka (los supuestos agentes que entregaron a Roldán a la Policía española) viven en Bagkok y son muy peligrosos».

Finalmente, el espía resucitado añadió: «Estoy solo y vivo solo pero te puedo asegurar que los servicios secretos franceses están al corriente de que me muevo libremente por París. No me escondo de nadie».