La grabó la cámara de seguridad del cajero

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La mendiga de Barcelona, antes de ser quemada viva

Periodista Digital, Jueves, 22 de diciembre 2005
El estremecedor asesinato de una indigente de Barcelona, quemada viva por tres jóvenes de 16 y 18 años el pasado fin de semana en el cajero automático en el que dormía, cobra más fuerza ahora que se le ha podido ver físicamente, grabada por las cámaras de seguridad de la entidad bancaria, momentos antes de que llegaran los tres jóvenes.

La imagen, publicada este jueves tanto por El Mundo como por El Periódico de Cataluña, ha sido obtenida de la empresa de seguridad encargada de custodiar el cajero automático, y muestra cómo María Rosario Endrinal Petit entra en el lugar en el cual se disponía a dormir.

No acabaría bien su noche, ya que tres adolescentes "rebeldes" decidieron darle un escarmiento a la mujer que esa misma tarde, y según declaró el miércoles el más joven de los tres -de 16 años-, tan mal olía porque "se había meado encima" y, además, "se había metido con ellos".

En la declaración de Juan José M. ante los Mossos, éste echó por tierra las esperanzas de quien quisiera ver cierta inocencia en los chavales, ya que su abogado había declarado que pensaban que la estaban rociando con agua. Pero no, este chico aclaró que eran perfectamente conscientes de que lo que estaban vaciando en el cajero era una garrafa de disolvente que habían cogido de una obra cercana.

Los hechos, según él mismo contó, fueron así: "Me dijeron -sus dos amigos mayores-, para abrir el pestillo, que le picara a la puerta y le dijera a la señora que iba a sacar dinero", dijo el chico. "Entré, la señora me pidió un cigarro y le contesté que no fumaba", añadió. "Salí fuera y entramos los tres. Yo iba con la garrafa y se la di a Ricard".

Después, "Ricard tiró el disolvente, tiró el cigarro", continuó el menor, para añadir que, inicialmente, les dio la sensación de que el cigarro se apagaba. "Pero cayó la garrafa y explotó, y del susto nos fuimos corriendo". No dijeron nada a las autoridades "por miedo, a ver si nos iban a decir algo a nosotros".{ladillo}Habla el padre de uno de ellos{/ladillo}
Por su parte, el padre de uno de los chicos cuenta, consternado, a El Mundo, que sabe que su hijo "no es un santo" y "es un chico rebelde". "Tiene una forma de pensar muy independiente", añadió. Ricard ha repetido varios cursos y ha sido expulsado de distintos institutos. La trayectoria de sus dos amigos es muy similar.

Sin embargo, y aunque su padre es partidario de que la Justicia imponga el castigo que considere oportuno a su hijo, prefiere ser cauto a la hora de valorar lo sucedido y mantiene un hilo de esperanza al declarar que a su hijo "se le han atribuido una serie de hechos que no están probados y que por lo que sé, las cámaras del cajero automático no recogieron".