Pedro Sánchez, atrincherado en Ferraz da otro 'no', pero los barones socialistas plantean salidas

Los 5 puntos de la oferta que Mariano Rajoy lanza al PSOE

Albert Rivera no se baja de su rechazo al líder del PP pero dice que no hay vetos de Ciudadanos

la primera líder mundial que llamó a Rajoy para felicitarle, fue la alemana Angela Merkel

Mariano Rajoy está contento. No es para menos, porque los dirigente del PP todavía se pellizcan para comprobar que están despiertos y que su triunfo el 26-J no es un un sueño (¿Sabes cuál fue la respuesta de Rajoy y Sánchez cuando Rivera les llamó por teléfono?).

El nunca perdió los nervios, pero es indudable que elresultado de las últimas elecciones generales y esos 137 escaños conseguidos contra las encuestas y los cenizos, han acentuado la sonrisa en la cara del líder popular (Así ‘rabia’ Wyoming tras la victoria del PP: «La legislatura será como Avatar, teñida de azul y muy larga»).

Aunque sabe que tendrá que negociar con varias fuerzas políticas, se muestra esperanzado en hacer prosperar su principal objetivo: un Gobierno estable para cuatro años de legislatura (Pablo Iglesias y la cúpula de Podemos siguen atónitos y todavía no saben qué les ocurrió el 26-J).

Como cuenta Carmen Obregón en ‘El Economista‘ este 28 de junio de 2016, pasadas las diez de la noche de este domingo, el PP ya estaba convencido de que el horizonte electoral era otro bien distinto al del 20D. La evolución del voto de Ciudadanos les daba la pista. Génova 13 manejaba encuestas con un máximo de 134 escaños.

La realidad superó a los trackings de los populares. El resultado final sumó 137 diputados, 14 más que en navidades. Y si bien es cierto que no hay mayorías absolutas, ahora se pueden estudiar otras combinaciones. «Rivera ha quedado lesionado con sus 32 escaños», comenta a EcoDiario.es un veterano dirigente del PP. Ha sido como los platillos de la balanza: si sube la balanza del PP, baja la de Ciudadanos. Y en cuanto a Sánchez, no puede optar a nada», remata en su análisis.

Este lunes, con un aire más relajado, Rajoy llegaba a la sede nacional del Partido Popular para hacer una valoración de los resultados. A diferencia del 21D, Aznar no estaba presente (Pablo Casado emerge del 26-J como el “alfil” de Rajoy con una “matrícula de honor” ).

El expresidente del Gobierno se encontraba en la inauguración de los cursos de verano organizados por Faes, y pese a los últimos encontronazos entre los dos líderes reconocía haber felicitado a Rajoy por teléfono, y públicamente se alegraba del resultado tanto de su sucesor en el PP, como de que el PSOE hubiera superado a Unidos Podemos y por tanto hubiera evitado el sorpasso.

Rajoy entró en la sala con gesto triunfal. Sus colaboradores se acercaron a saludarlo. Recibió besos, aplausos, abrazos, palmadas en la espalda. El líder gozaba de un cierto estado de gracia. Y fue entonces cuando recordó al respetable que el Partido Popular ha sido el único partido que en estas elecciones ha logrado buenos resultados.

Que el resto, PSOE, Unidos Podemos y Ciudadanos, han perdido votos y escaños. Como no podía ser de otra manera, Rajoy hizo hincapié en esos puntos en los que populares se han llevado la mejor respuesta en las urnas en detrimento del Partido Socialista.

Se alegraron por Extremadura; no ocultaron su alegría por la victoria del PP en Andalucía. Además «se comentó con enorme satisfacción el escaño fallido del exJemad de Podemos», quien según fuentes populares, goza «del desprestigio absoluto entre los militares».

Se departió del escaño perdido por el PSE en Lleida, «un fracaso de los socialistas catalanes en toda regla». Y se trató el tema del Brexit. «El Brexit ha influido en los resultados en un 70%», susurra un destacado político.

Y entre chascarrillos y análisis de orden menor, Rajoy entró en arena. Avanzó a sus compañeros su táctica: gobernar sí, pero con Gobierno estable. Rajoy quiere un pacto de legislatura que no provoque sobresaltos, que dé fortaleza a España en las instituciones.

Por eso su oferta, que en principio irá dirigida al Partido Socialista, no será la de la abstención, lo que tampoco se desdeña en función de los escenarios.

Desde luego este 27 de junio de 2016, a un día del cierre de las urnas y el recuento de papeletas, el PSOE aseguraba que no facilitará un Gobierno de Rajoy ni por activa ni por pasiva, y Ciudadanos no ha abandonado la idea de no apoyar a Rajoy ni a nadie del PP, aunque ahora introduce como novedad que nunca han vetado a Rajoy.

¿El mismo discurso que el 20D?

Las cosas están así. Pero es pronto. El discurso de campaña sigue siendo exactamente el mismo que el del día después, sin entrar en valoraciones ni reflexiones acerca de la pérdida de votos y de escaños.

Mientras se dirimen los apoyos y llegan los análisis de calado, Rajoy ha recibido la llamada-felicitación de la cancillera Angela Merkel. El gallego, por su parte, le ha informado de su oferta a los socialistas: la Gran Coalición o un pacto estable de legislatura.

Rajoy quiere sentarse a hablar con Sánchez de acuerdos de Estado en materias de empleo y competitividad. Quiere hablar del estado de bienestar en las CCAA, de políticas sociales y pensiones, y también de educación. Y por último, del fortalecimiento de las instituciones, entre ellas Europa.

Los alemanes confían en que España «tenga Gobierno pronto». Asumen que lo presidirá Rajoy. Por cierto, una idea mantenida por algunos barones del PSOE, entre ellos por Susana Díaz, Fernández Vara, García-Page… que no ven con malos ojos la abstención de Sánchez, y de este modo encontrar el tiempo para «reestructurar el partido y desde la oposición prepararlo para ganar».

Como dice la dirigente andaluza: «Tomar nota de los resultados y actuar en consecuencia, sin olvidar que «la mera hipótesis de un acuerdo de gobierno con Podemos ha restado credibilidad al PSOE».

La otra alternativa estable para el PP a la negativa del PSOE es la de lograr un acuerdo con Ciudadanos, PNV, Coalición Canaria y Nueva Canarias, lo que da a los populares la mayoría absoluta.

Una opción que hoy no parece factible, aunque aún no se ha comenzado a negociar. Por cierto que en los círculos populares próximos al dirigente gallego se barajan las siguientes fechas: del 18 al 22 de julio las negociaciones (el 19 se constituyen las cámaras, y el 9 de julio el PSOE celebra una reunión determinante en cuanto a los pactos), y la investidura en la semana del 26 de julio, preferentemente. Rajoy quiere tener Gobierno para principios de agosto.

La última opción es la de un gobierno en solitario, con el apoyo externo a ciertos asuntos de Estado. De aquí al 19 de julio los partidos se tendrán que ir retratando.

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