El líder del PP sitúa a Rivera como socio y evita gestos a un PSOE en crisis

Mariano Rajoy ofrece «diálogo» y deja claro que va a aguantar cuatro años

Mariano Rajoy ofrece "diálogo" y deja claro que va a aguantar cuatro años
Mariano Rajoy, presidente del Gobierno (PP). David Mudarra

Mariano Rajoy hizo este 26 de octubre de 2016 virtud de la necesidad con un discurso de investidura que reflejó el nuevo estado de la política española, despojado de las certezas que confieren las mayorías parlamentarias claras a favor de los candidatos a la presidencia del Gobierno.

Esta vez, Rajoy no podía realizar una exposición al uso para estas ocasiones, porque su futuro Gabinete solo tiene más buenas intenciones que recursos propios para desarrollar su propia acción de gobierno.

Desde el momento en que sea investido, su Gobierno podrá iniciar proyectos, proponer medidas y esperar a que Ciudadanos y PSOE respondan en un sentido u otro.

Una dependencia de la que el candidato popular parece ser consciente a esta hora, pero que también deberá demostrar en la práctica diaria de una legislatura que, si sabe sacar beneficio de las ventajas del diálogo y de la búsqueda de consensos, puede resultar bien fructífera para España en un momento económico clave, pero que también puede demostrarse letal si se reproduce el inmovilismo que ya llevó a las elecciones del 26 de junio.

De momento, Rajoy fue consciente ayer de que debía evitar réplicas tensas por parte del Grupo Parlamentario Socialista, ahorrándose cualquier argumento que sirviera a los críticos partidarios del «no» a su investidura para cargar contra la decisión del último Comité Federal.

Sería un error de los socialistas desencadenar una ofensiva destructiva desde el primer minuto, ya que esto llevaría al hoy presidente en funciones a disolver el Parlamento y convocar esas nuevas elecciones en las que probablemente el PSOE sufriría otro revés electoral. Y el país, otro fracaso y ridículo internacional.

Comienza, claro está, la legislatura que ha de ser del diálogo, que no del gallinero. Política de verdad.

De búsqueda de equilibrios tácticos entre Partido Popular y PSOE, con los que todos mantengan la apariencia de responsabilidad institucional y no concedan al contrario ventajas desproporcionadas que luego sean castigadas por los electores.

Rajoy apeló ayer a un sentido del compromiso inédito en la democracia española, porque es inédita la situación actual, en la que hay una mayoría parlamentaria opuesta al nuevo Gobierno.

No se trata solo de que la oposición sea «constructiva», sino corresponsable en gran medida de la acción de gobierno. El PSOE sabe que puede formar un bloque de izquierda y nacionalista mayoritario frente al PP y Ciudadanos, pero supondría pactar iniciativas con formaciones que no son leales a la Constitución, y este error ya les ha pasado factura.

España quiere moderación y normalidad, y corresponde al presidente y a la oposición democrática contribuir a ella. Cada uno, desde el lugar donde le han puesto las urnas; los ciudadanos.

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