El caso del máster de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes, ha vuelto a poner los focos en un tema recurrente en la política: cuál es la formación y experiencia profesional de los responsables de legislar y gestionar los recursos públicos.
Cifuentes se enfrenta a la mayor crisis de su gobierno precisamente por la posibilidad de que haya podido inflar su currículum académico con un máster en derecho autonómico que pudo haber obtenido sin someterse al proceso habitual de realización de un trabajo final.
Pero el foco no se ha puesto solo en la presidenta madrileña; otros políticos, como el vicesecretario de Comunicación del PP, Pablo Casado, o el ya exsecretario de Organización de Podemos Galicia, Juan Merlo –que dimitió después de que este periódico revelara que infló su currículum con una ingeniería que no tenía–, han acaparado la atención mediática.
En este contexto, el currículum de los diputados también está sometido estos días al escrutinio de la ciudadanía, y las reflexiones que se pueden extraer de los mismos son, cuanto menos, interesantes, según recoge Alexis Romero en ABC.
Solo un 36 por ciento de los diputados han trabajado en alguna ocasión en la empresa privada. Así lo reflejan los datos que se pueden extraer de sus perfiles (públicos) en la página web del Congreso y en los portales de transparencia de los diferentes partidos políticos.
De este modo, de los 350 parlamentarios que componen el Hemiciclo, solo 126 se habrían dedicado en alguna ocasión al sector privado.
Dentro de este grupo, los perfiles son muy distintos en cuanto a cuestiones como el tiempo que han trabajado al sector privado, el sector en el que lo han hecho o, incluso, la especificidad con la que detallan su vida laboral en los diferentes portales de transparencia, existiendo aquellos que poseen un currículum detallado y otros que, por el contrario, no pasan de asegurar que son «abogados» o «economistas», pero que no especifican para qué empresa o durante cuánto tiempo desempeñaron esa función.
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