Ha sido la estrella política mas fugaz del universo socialista
Setenta y dos horas después de haber renunciado a disputar las primarias por la candidatura del PSOE a La Moncloa, Carme Chacón se la ha envainado y consciente de que la pasarán por la ‘picadora de carne’ si se pone farruca, se deshace en elogios a Rubalcaba y sus verdugos.
No es que esté contenta -aunque ella intente aparentar que se siente muy feliz por la victoria en Champions del barça-, pero ya no tuerce el gesto, ni parece a punto de llorar, como ocurrió el jueves 27 de mayo de 2011, cuando se quejó con amargura de la jugada que le habían hecho Zapatero y los demas, ante los periodistas congregados en la sede del PSOE en la calle Ferraz.
Tampoco la cara de mala leche que lució el sábado, obligada a estar sentada cinco horas al lado de Alfredo Pérez Rubalcaba y viendo resignada como todos los que la apoyaban dos días antes lo ungían como nuevo líder socialista.
Sólo carita de pena, como si hubiera perdido la cartera y algo más.
En Málaga, el Día de las Fuerzas Armadas, hasta se sintió obligada a echar unas flores a quien hasta hace tres días era su más enconado rival en la carrera por suceder a Zapatero:
«Alfredo Pérez Rubalcaba es un político muy experimentado, con una magnífica hoja de servicios, dilatada en el tiempo. Quiero poner en valor especialmente sus logros y su capacidad de trabajo en la lucha contra ETA. Tenemos un gran candidato».
Lo qué tiene que tragar algunos. Como escribe Esther Esteban en Periodista Digital, ha sido la estrella política mas fugaz del universo socialista.
Anunció que llegaba y se iba en el mismo acto y en la argumentación. Ha dejado desnudo con las vergüenzas al aire a un rey que todos simulaban ver vestido, Carme Chacón se ha rendido en la primera atacada, rememorando la genial advertencia de «al suelo que vienen los nuestros«.
Ha sido la «lideresa» más breve que nunca hemos conocido, porque estaba en la sombra, agazapada, callada y silente en una operación que ha sido más mediática y especulativa que política, dada su torpeza.
Ahora nos dice que tenia un programa ilusionarte, que desde febrero lleva preparando una alternativa para encabezar un proyecto socialdemócrata , que se encuentra en la UVI.
Quería jugar creyendo que tenia un «as» en la manga, que Zapatero -sabedor y cómplice de la jugada- tendría capacidad para ungirla como la elegida pero minusvaloró a los «pata negra» de su partido, auténticos maestros en el arte de la conspiración y por lo visto en salirse con la suya.
Ha sido por un instante la reina «del pudo haber sido y no fue» pero ni la puesta en escena, ni sus ojos llorosos y apenados, ni su aspecto frágil de juguete roto y decepcionado por los navajeos de sus compañeros pudieron tapar la potencia de la carga de profundidad que dejaron sus palabras.
«En los últimos días hemos asistido a una escalada que ponía en riesgo la unidad del partido, la autoridad del presidente del Gobierno y secretario general, nuestra imagen colectiva, incluso la estabilidad del gobierno«, dijo poniendo el dedo en la llaga de lo que ha ocurrido estos días en la calle Ferraz y los aledaños de Moncloa.
No puso nombres a esos que estaban dispuestos a matar al padre con tal de coger las pocas migajas que queden de la herencia, pero no era necesario.
Es también un secreto a voces que Rubalcaba, después de la petición de Patxi López de pedir un Congreso, está dispuesto a llevarse el gato al agua, que no quiere interferencias de ningún tipo y menos de quien él considera que no le llega ni a altura del zapato: «la niña» Chacon.
El presidente Zapatero es lo de menos y su autoridad es ya prácticamente inexistente porque como dejó muy claro el extremeño Fernández Vara:
«Alfredo solo aceptará ser candidato si tiene la total garantía de que también será secretario general del partido».
Aquí no hay medias tintas que valgan: o el poder absoluto o se rompe la baraja y que salga el sol por Antequera.
Ahora nos pueden contar lo que quieran: que las primarias con un solo candidato no son un «dedazo» aunque lo son; que la ministra Chacón a los que ellos desprecian llamándole «niña» es decir bisoña, ha demostrado una gran generosidad -¡ja, ja, a la fuerza ahorcan- dejando el terreno libre a Rubalcabas.
O, incluso, que su estrategia es perfecta, porque es una forma de tomar impulso para el futuro y no ser la perdedora de las próximas elecciones.
Nos podrán decir que después del Comité Federal las aguas han vuelto a su cauce, que ¡de repente! todos son una piña, que caminan juntos como hermanos de una iglesia, pero la imagen de estos días no se borra con un «agua pasada no mueve molino».
Al presidente del gobierno le han doblado el pulso y le han dejado desnudo con sus vergüenzas expuestas al sol. Le han devuelto a su etapa de Bambi, agrandan ahora su estampa olvidada de «Zapatitos» y le señalan como el culpable de todos los males para ocultar que todos ellos son cómplices del desaguisado.
Quieren optar por el «rey muerto rey puesto» pero no desean que muera en su cama sino a consecuencia de los puñales que afilan por minutos para que se cumpla la sentencia de Cayo Bruto:
«Tu también Bruto» -dijo el Cesar- al verse apuñalado por su protegido.
Pues eso mismo debe pensar Zapatero.