Elena Valenciano y Antonio Hernando critican en Twitter lo que califican de agresiones policiales de los últimos días
Todo vale. O eso creen Elena Valenciano y Antonio Hernando, dos de los pesos pesados del equipo electoral de Rubalcaba.
Desesperados por los pésimos datos que dan las encuestas al candidato del PSOE y convencidos de que la única opción que resta al ex ministro del Interior es que el 20-N le voten en masa los ‘perroflautas‘, se lanzan contra la Policía.
No por el chivatazo a ETA en el bar Faisán o algo así, sino por lo que califican de «excesos» y «violencia policial» contra los anti-Papa, asumiendo el tono y hasta el léxico adoptado en este asunto por ‘El País‘.
Es chocante que un diario supuestamente serio utilice el término «agresiones» para calificar la actuación de los antidisturbios, tanto en la Puerta del Sol el jueves, como este 19 de agosto de 2011 frente al Palacio Real, porque en ambos casos los agentes se limitaron a disolver a los manifestantes y sólo despues de dejar durante muchas horas inermes y a merced de la agresividad de los anti-Papa a cientos de jóvenes del JMJ.
Pero la licencia periodística del diario del Grupo PRISA no es nada comparada con el patinazo político de Valencia y Hernando, dos altos resposables socialistas.
Ambos se alinean con los alborotadores, pensando quizá que produce réditos políticos en España ejercer de anticlerical. Ambos piden en Internet una investigación en toda regla.
“Los excesos policiales nunca pueden justificarse. Espero que se investiguen y se depuren responsabilidades”, escribe en Twitter Elena Valenciano, coordinadora de la campaña de Rubalcaba.
Minutos después fue Antonio Hernando, vicecoordinador, quien lanzó un mensaje similar:
“No hay ninguna justificación para los excesos policiales, se tienen que investigar, exigir responsabilidades y evitar que vuelvan a repetirse”.
La entrada en tromba en la Red Social, perpetrada pasadas las nueve de la noche de este 19 de agosto, choca con el mensaje lanzado por otros miembros, aparentemente más sosegados, del Gobierno Zapatero.
El ministro de Fomento y Portavoz del Ejecutivo, José Blanco, ha avalado en la radio la actuación policial de los últimos días y ha recalcado que si hubiera algún hecho que a juicio del Ministerio del Interior hubiera supuesto un exceso «se estudiará», pero que creía que esto no se había producido ninguno.
Un indicio de que hay cálculo electoral en el giro antipolicial del equipo Rubalcaba es que horas antes de la exigencia de investigación, Valenciano pedía a sus seguidores “rebajar la tensión y detener los enfrentamientos (minoritarios) entre civiles” y lanzaba su apoyo “a la gente inteligente que sabe que la plaza pública es para compartir”.
Es evidente quienes están siendo los agresores y quienes los agredidos, en el aquelarre que ha propiciado la delegada del Gobierno en Madrid.
Tambien parece claro el papel de la Policía, a la que se han dado órdenes de no actuar con contundencia contra los alborotadores, pero por si alguien alberga alguna duda, reproducimos el fragmento final del relato en primer persona que hace Fernando Lázaro en El Mundo, como testigo directo de lo que sucedió anoche en la Puerta del Sol:
Vi mucho pánico en los ojos de los peregrinos y vi a muchas, digo bien, a muchas que al ver el espectáculo rompieron a llorar de puro miedo. Aún tardó la Policía en llegar a la zona.
Abrió un pasillo para que los peregrinos salieran de Sol. Los radicales eran los dueños del Kilómetro 0. Se envalentonaron más y arremetieron contra la Policía. Y un radical con numerosos antecedentes dio el pistoletazo de salida a los incidentes.
Una botella contra los agentes y la Policía cargó. Antes, las mochilas naranjas, los crucifijos y hasta los alzacuellos eran una «provocación» para esos radicales.
«Es que nos están provocando», «es que están rezando», se justificaba uno de los empujadores profesionales. Y se me ocurrió preguntar por qué les provocaban.
«Porque están aquí, porque existen, porque les vamos a prender fuego otra vez, como en el 36».
Madrid era hasta ahora una ciudad donde cabían todos los pensamientos. En Sol, eso se acabó.
INCIDENTES Y AGRESIONES
En la noche del viernes, 19 de agosto, los incidentes provocados por los anti-Papa han llegado hasta la misma Plaza de Oriente, frente al Palacio Real, donde se celebraba un acto con peregrinos de la JMJ.
Allí, tras varias horas de inoperancia, los antidisturbios han repartido algunos porrazos, a la vez que trataban de establecer un cordón que separase a los jóvenes cristianos de los manifestantes.
Los manifestantes aqnti-Papa, que se habían convocado a través de las redes sociales, habián partido de la estación de Atocha con la intención de llegar hasta Sol, pero se toparon con la policía que intentaba cortarles el paso, para evitar que embistieran contra las procesiones del viacrucis organizadas con motivo de la visita de Benedicto XVI.
Los manifestantes, muy bien organizados y en un número cercano a los 300, fueron improvisando el recorrido conforme detectaban las furgonetas policiales, desplegadas tanto en la plaza a la que pretendían acceder como en las calles aledañas.
En varios puntos, como en la calle Postas, entre la plaza Mayor y la Puerta del Sol, ha topado con peregrinos y los han increpado con gritos como «hipócritas» e «incultos«.
Los peregrinos, sobre todo un grupo de jóvenes franceses, han respondido formando un corazón con las manos y gritando «Benedicto«.
La marcha continúo con la intención de llegar a Sol, pero en las confluencia de las calles Mayor y Arenal (paralelas) con la plaza, un cordón policial formado por una treintena de agentes les ha impedido el paso. Los manifestantes se han arrodillado ante ellos en el suelo, con las manos tras la cabeza, como si estuviesen detenidos.
Ante la imposibilidad de acceder a su objetivo, el grupo de manifestantes anti-Papa se ha divido. Unos se han dirigido a la Gran Vía y han cortado el tráfico y otros se han desperdigado por la zona.
Los alborotadores llevaban banderas republicanas y arco iris y delante de la policía, se han parado en varias ocasiones con las manos en alto gritando «estas son nuestras armas» y cosas como “El Papa viene y África se muere”.
NOTA.- Leer completo el testimonio de F. Lázaro «Cacería de peregrinos en la Puerta del Sol«